Por Ms. Sc. Agric. Carlos Ma. Uriarte, presidente de AUGAP

El Uruguay es uno de los pocos países en el mundo que tiene una ganadería pastoril a cielo abierto, cuya principal base nutricional son los pastizales. El destino nos bendijo con esta característica, que es parte importante de nuestra identidad. Es un acerbo no solo productivo, sino también cultural y ambiental, que la humanidad cada día valora más.

Nuestro país se encuentra en el corazón del llamado Bioma Pampa (“región llana” en quechua), que además abarca las provincias argentinas de Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa, Santa Fe y Córdoba, y el extremo sur de Brasil (Rio Grande do Sul). Es una región que ocupa más de un millón de kilómetros cuadrados.

Es una de los pastizales más grandes y biodiversos del mundo, con un gran número de especies de plantas y animales, algunas endémicas.

Es un bioma de pastizales caracterizado por ser una extensa llanura con suelos fértiles y vegetación dominante de pasturas, aunque también existen zonas de estepa.

La vegetación dominante son las gramíneas, pero también existen algunas especies de arbustos y árboles dispersos, especialmente cerca de cursos de agua.

Es un bioma que alberga una rica fauna nativa que incluye al puma, el venado, el armadillo, el zorro, el carpincho, entre otras varias especies más.

Los pastizales son también el hogar de cientos de especies de aves donde se destaca la emblemática figura del ñandú, el tero, la perdiz, y la épica vida de miles de aves migratorias que vuelan más de 30 mil km por año para ir al Ártico a reproducirse y volver a anidar a nuestras latitudes.

Este bioma de pastizales ofrece importantes servicios ecosistémicos tales como la captura de carbono, conservación de biodiversidad, resiliencia ante el clima, protección de suelos y provisión de agua. 

Es además una importante reserva del acerbo cultural de la región, cuna del gaucho.

Históricamente el Bioma Pampa ha sido utilizado para la ganadería, pero en las últimas décadas ha experimentado importantes cambios en el uso de suelo, especialmente debido a la expansión de la agricultura, sobre todo de la soja.

Tanto es así que en Brasil el aporte de los pastizales en la alimentación del ganado se ha reducido drásticamente, de ser un 70% de la base pastoril hace unas décadas, a menos del 30 % en la actualidad. La principal causa de este descenso fue el avance de la soja, y una de las consecuencias de este proceso fue la posterior invasión del Capín Anoni en los barbechos agrícolas. Para corregir esta enorme pérdida en potencial productivo, hoy Brasil tiene como objetivo principal la regeneración del campo natural.

En Argentina el Bioma Pampa representa la región más productiva del país, la cual está dedicada a la ganadería bovina, a la agricultura y a la forestación. Aunque la vegetación nativa ha disminuido mucho, aún se trabaja en la conservación de la biodiversidad en esta zona, buscando un equilibrio con las actividades productivas. 

En Uruguay se ha dado un proceso similar, y en los últimos años la participación del campo natural en la dieta vacuna, que sigue siendo una de las mayores del mundo, ha descendido del 80% a aproximadamente un 50%, (unos 9 millones de hectáreas).  

En este contexto, la humanidad demanda más alimentación y nuestro Bioma Pampa es una de las regiones que puede enfrentar esta necesidad. Pero ello implicará una intensificación del uso de nuestros recursos naturales, proceso que ya está en curso,  y es por eso que urge trabajar en como producir más conservando mejor.

Sin embargo, la discusión de esta realidad aún no ha alcanzado el tratamiento que se merece, no sólo a nivel de los gobiernos de la región, sino incluso y sobre todo, a nivel de nuestros productores ganaderos, quien en su inmensa mayoría son fieles guardianes del campo natural, pero por necesidad deben poner en riesgo su sobrevivencia, con las consecuencias ya mencionadas.

Tan importante es lo que estamos viviendo que, entendemos hoy se debería promover una discusión acerca de la DESPASTIZALIZACIÓN, similar a la que hemos y estamos viviendo con la DESFORESTACIÓN.

Para enfrentar estos enormes desafíos, lo productores ganaderos del Uruguay hemos tenido avances importantes en los últimos tiempos, de los que destacamos:

  •     Bajo el manto de la ALIANZA DEL PASTIZAL, en Uruguay los productores ganaderos nos hemos organizado en AUGAP (Asociación Uruguaya de Ganaderos del Pastizal). Fundada en 2014, AUGAP está integrada por aproximadamente 200 productores rurales distribuidos por todo el país, que trabajan para promover la producción ganadera sobre pastizales, asegurando la conservación de este recurso, y la mejora de la calidad de vida de productores y trabajadores.
  •          A instancias de AUGAP el Parlamento aprobó la creación del DÍA NACIONAL DEL CAMPO NATURAL el 11 de noviembre de cada año.
  •          La actual ley de presupuesto incluye un articulo que ya tiene media sanción, que declara “de interés nacional, la promoción, difusión, y estímulo al desarrollo de las actividades agropecuarias en campo natural”.

Hoy AUGAP es un referente nacional para la producción ganadera a campo natural, y trabaja para que esta actividad sea una opción rentable y preferida por los productores, que contribuya al desarrollo sustentable del Uruguay.

Aún queda mucho por hacer.

https://augap.com.uy

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