La jornada anual de la Unidad de Producción Intensiva de Carne (UPIC), que volvió a Paysandú luego de la presencia en la Expo Prado el año pasado, reunió más de 1.000 personas de distintos puntos del país y del exterior, entre productores, estudiantes y técnicos. Este año la reunión se realizó en el salón de las Tradiciones de la Asociación Rural Exposición Feria de Paysandú.

El Ing. Agr. Alvaro Simeone y su equipo, integrado por los ingenieros agrónomos Virginia Beretta, Victoria Burjel Bide, Stefanía Pancini, Natalia Zabalveytia, Juan Carlos Elizalde y el doctor Juan Franco, presentaron información “sobre dos aspectos: la fase de recría en el ciclo de producción de carne y el resultado económico a un nivel de resolución empresa ganadera”, dijo el investigador y docente de la Estación Experimental Dr Mario A. Cassinoni (Eemac) de Facultad de Agronomía.

Los resultados presentados sobre el sector criador se basaron en “un sistema sobre campo natural, con 63% de procreo y que daba US$ 53” al cual se le aplicó únicamente la tecnología de “destete precoz” para evaluar su impacto.

La tecnología “fue aplicada sobre las vacas flacas, que son el 33% del rodeo, y el resultado económico mejoró un 34%”, dijo el profesional. Simeone explicó que para el trabajo de simulación que se realizó, para un predio de 1.000 hectáreas, significaría un ingreso de casi US$ 2.000 más por mes. “Nosotros pensamos que vale la pena difundir esos resultados”, acotó.

En lo que es la recría-invernada, “en este caso planteamos un escenario diferente, con una estancia de 400 hectáreas, 100% sobre praderas”, si bien reconoció que los productores no tienen un sistema con praderas en su totalidad, dijo que “nosotros queríamos forzar el sistema para ver los resultados”.

“Para una invernada que compra novillos en mayo y los vende en setiembre, las famosas invernadas del litoral, hay un resultado económico de US$ 160 por hectárea y una producción de carne de 250 kilos por hectárea”, explicó Simeone al describir el escenario donde se planteó mejorar los ingresos. En este sentido señaló que en ese tipo de campos, que permiten agricultura, determinan que esos US$ 160 estén lejos de una renta agrícola.

Para estos sistemas el planteo de la UPIC fue “aumentar la carga y suplementar, aún a costas de disminuir las ganancias de pesos”.

Simeone explicó que “esa disminución de la ganancia de peso es porque tenemos más animales por hectárea y la suplementación es para aguantar la carga en invierno, porque el ajuste en vez de hacerlo en invierno lo hacemos en la primavera para comernos todo el pasto”. Aplicando este sistema “la producción de carne pasa a los 500 kilos y el resultado económico se va de US$ 160 a US$ 380 por hectárea”, indicó.

Con la aplicación de esta tecnología, Simeone remarcó que en un escenario de buenos o de malos precios, el resultado económico de suplementar nunca es menor que el de realizar la invernada tradicional.