El paraguayo Hugo Idoyaga, presidente de la OIE, se refirió a los principales temas que atañen a la sanidad animal

El Dr. Hugo Idoyaga Benítez, de nacionalidad paraguaya, es actualmente presidente de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). El profesional es una referencia ineludible en términos de sanidad y bienestar animal, y habló sobre la aftosa en la región y la amenaza de la peste porcina africana (PPA).

Imagino que para cualquier habitante de la región es todo un desafío y una responsabilidad asumir un cargo en un organismo internacional como la OIE. ¿Cómo tomó su designación?

Naturalmente la tomé como un trabajo y un desafió donde uno debe poner todo en este carro, que es de suma importancia. Hay que entender que tiene 182 países miembros y en este momento soy el representante de todos los delegados como presidente del Consejo; para mí es realmente una satisfacción. También viene a ser como el corolario de mi carrera profesional.

¿Cómo definiría hoy el estado de la sanidad animal en términos generales? Obviamente que en el último tiempo la PPA ha sido la que ha ocupado los titulares en varios países.

La enfermedad más importante siempre fue la fiebre aftosa, que va perdiendo protagonismo debido a todo el trabajo realizado, al sistema de vigilancia y los sistemas de libre control. Hoy tenemos países en la región que están consiguiendo estatus superiores al de libre de aftosa con vacunación, como es el caso de Brasil. La tendencia en el futuro lo dirá, pero los avances realizados han sido más que auspiciosos. Naturalmente, esto no significa que podamos bajar la guardia, porque es una cuestión biológica y mañana puede volver.

Por otro lado, la PPA es realmente una preocupación y seguramente, en base a las informaciones que manejamos, es altamente probable que en algún momento también llegue a la región de las Américas. Hoy la tenemos, digamos, sitiada a nivel de El Caribe, pero es muy probable que llegue a la región. Gracias a la cooperación de organismos internacionales y de algunos países, me refiero específicamente a Haití y a República Dominicana, se está pudiendo contener la enfermedad. Pero la información que manejo es que aún estamos bastante distantes de una erradicación total de la enfermedad en dichos países.

La región no logró ponerse de acuerdo en su plan para dejar de vacunar contra la aftosa y cada país hoy tiene su propia política. Argentina y Uruguay han sido los más reticentes, Brasil ha optado por dejar de vacunar en varios estados y Paraguay puede seguirlo en un futuro. ¿Cómo ve todo este proceso? ¿Es la salida ideal?

Creo que lo ideal sería que la región tuviera una posición única y definida. Hoy cada país tiene un programa que está siendo visibilizado y discutido con sectores del ámbito privado. No obstante, hay un temor que viene justamente por lo que ocurrió en el pasado. Hay que ir mejorando varios puntos de vista a nivel sanitario, y también mirar el costo que representa para el productor, en particular en países como Paraguay, por toda nuestra historia de inconvenientes para llegar a los puertos marítimos.

Mi posición es que Paraguay debe apostar a una mejora y, si es posible, a un levantamiento de la vacunación estándar bajo ciertas condiciones técnicas. Hoy tiene un muy buen programa de vacunación con resultados que demuestran una altísima cobertura inmunitaria de su rodeo vacuno. Pero existe el temor de revivir lo pasado y eso es todo un tema que es muy difícil de romper, de cambiar ese paradigma. No es solamente dejar de vacunar, hay que atender las cuestiones políticas, las cuestiones financieras y de vigilancia, que requieren evidentemente un mayor costo económico.

Entrevista publicada en la publicación paraguaya Everdem Ganadero.