Se espera que las importaciones estadounidenses de carne vacuna aumenten un 24% en 2024, siendo Brasil, Uruguay y Australia los principales contribuyentes. Las importaciones brasileñas crecieron un 60%, las uruguayas un 76% y las australianas un 67%. A pesar de las medidas arancelarias y de cuotas, estas importaciones están sustituyendo a la producción nacional.
Bajo el sistema actual, las importaciones de carne vacuna uruguaya y brasileña a Estados Unidos han excedido significativamente sus cuotas. Estados Unidos importó 129.000 toneladas de carne vacuna de Uruguay, superando cinco veces el límite de 20.000 toneladas. Las importaciones de carne vacuna de Brasil superaron en más de 227.000 toneladas la cuota establecida, con penalizaciones mínimas.
“El arancel del 26,4 por ciento sobre las importaciones que exceden la cuota es ineficaz para proteger nuestra industria nacional de carne vacuna”, dijo Bill Bullard, director ejecutivo de R-CALF USA. Advirtió que los importadores están dominando el mercado estadounidense, amenazando a los productores locales. El déficit comercial de carne de vacuno se ha ampliado drásticamente, casi duplicándose de 312.000 toneladas en 2023 a 680.000 toneladas en 2024. Esto refleja el colapso de la industria vacuna estadounidense, donde las importaciones descontroladas han capturado el 70% del mercado interno.
Entre 2017 y 2022, Estados Unidos perdió 107.000 explotaciones ganaderas. Si esta tendencia continúa, la producción nacional de carne vacuna podría tener dificultades para competir, lo que aumentaría la dependencia de las importaciones extranjeras, según R-CALF USA.
Para sostener la industria ganadera son esenciales medidas más estrictas como revisar el sistema arancelario y limitar las importaciones. Proteger la producción nacional es fundamental para garantizar un suministro estable de alimentos y proteger a los productores estadounidenses, reclama la gremial de EEUU, reportó Beef Point.