La tendencia a la baja que venía mostrando el endeudamiento de los tamberos se interrumpió en los últimos meses. Seguramente buena parte de ello se deba a los mayores costos productivos que debieron afrontar los productores para sobrellevar unas de las peores sequías que se tenga registro, algo que ayudó a que los niveles de remisión no sufrieran un gran impacto en términos promedio.

De acuerdo con la información que mensualmente publica el Banco Central del Uruguay (BCU), al cierre de mayo los productores lecheros tenían una deuda con el sistema financiero de US$ 205 millones, un máximo desde enero de 2022, y US$ 37 millones por encima de los US$ 168 millones de igual mes del año pasado (+22%). Hay que precisar que el tipo de cambio cayó 3% en los 12 meses a mayo. Esta variable es relevante porque una parte del crédito de los productores está en pesos.

Otra de las variables que también ha incidido en que el volumen de crédito haya aumentado fue la decisión que tomó el Banco República (BROU), principal agente del mercado, quien difirió las amortizaciones para el sector agropecuario en forma automática para aquellos deudores de menos de US$ 200 mil durante el primer semestre de este año, como una medida de apoyo por la sequía.

Además, el BROU puso a disposición una línea más abierta para el sector lechero, una línea SIGA de hasta 4 años para refinanciar todos los gastos en los que incurrieron los tamberos por la sequía para que su vencimiento no se aglomerara en la primavera por un monto de hasta US$ 250 mil por productor.

La morosidad de los tamberos también tuvo un pequeño repunte. La cartera de préstamos vencidos a mayo era de US$ 6,8 millones, lo que equivale al 3,3% del total. En mayo del año pasado la morosidad se ubicaba en 2,1%, equivalente a US$ 3,5 millones.

Estable en la industria

A contrapelo de los tambos, el endeudamiento de la industria láctea tuvo una pequeña caída y su nivel de morosidad se redujo a mínimos en una perspectiva histórica.

De acuerdo con la información del BCU, las industrias tenían créditos por US$ 161 millones, apenas US$ 1 millón por encima de igual mes del año pasado.

En tanto, la proporción de créditos vencidos cerró en mayo en 1,4% del total (US$ 2,2 millones), un nivel que no se alcanzaba desde agosto de 2019. En igual mes del año pasado, la industria tenía una cartera de créditos vencidos de US$ 51,3 millones.

Analizando el conjunto de la cadena, los créditos de los tamberos y la industria láctea totalizaban US$ 366 millones al cierre de mayo, con una cartera de préstamos vencidos de US$ 9 millones (2,5% del total). En mayo del año pasado, el pasivo del sector era de US$ 327 millones. La expansión del último año estuvo básicamente explicada por la suba del crédito que se dio en el primer eslabón de la cadena.