El tambo robot de La Estanzuela comenzó a funcionar en 2017.

En el marcado de la Jornada Lechera de INIA La Estanzuela: Tecnología para sistemas pastoriles eficientes y sostenibles, que se realizó en San José, distintos técnicos de la Unidad de Lechería compartieron avances en diversas áreas. Una de ellas fue la incorporación de robots a los tambos. La Ing. Agr. Lucia Betancor, Unidad de Lechería de INIA, tituló su presentación Adelantándonos al futuro: factores clave para el éxito y viabilidad del ordeñe robotizado en sistemas pastoriles. La unidad experimental La Estanzuela hace siete años que tiene un robot en su tambo sobre una base pastoril, el único en el país.

Bentancor comentó que para que un sistema sea exitoso tiene que existir tres factores: deseabilidad (humano), factibilidad (tecnología), y viabilidad (negocio). La experta comentó que actualmente se estima existen unos 90 mil robos de ordeñe a nivel mundial, cuyos inicios se remontan a la década de 1990. El objetivo fue el de automatizar algunas tareas rutinarias y de menor confort (acarreo de vacas y ordeño), elevar el bienestar del productor y su equipo de trabajo, y también buscar un atractivo para las nuevas generaciones por el uso de electrónica y TICs en general.

Para comprobar la viabilidad del robot de La Estanzuela sobre un base pastoril, se procedió a la comparación durante 1 año con un sistema tradicional con 100 vacas (de origen genético, paridad y fecha de parición) sobre una superficie de 46 ha y con similar rotación forrajera y reglas de manejo. El sistema convencional comprendía 2 ordeñes con acarreo de animales, mientras que el robot el flujo de ordeñe era voluntario y con entrada a la pastura a destiempo.

¿Es viable instalar un robot?

Para la investigadora de INIA, el trabajo de campo y los números productivos y de rentabilidad demuestran que “es viable” instalar un robot en un sistema pastoril en las condiciones de Uruguay porque cumple con un objetivo económico-productivo y también social porque permite trabajar solamente 8 horas diarias como se había planteado en un principio. En total, en el tambo con robot de La Estanzuela trabajan 2 personas de 8 a 16 horas en una superficie de 50 ha. El robot se encarga de la rutina de ordeñe; las vacas pueden ordeñarse en cualquiera de las 24 horas del día, y vienen por sí solas desde el potrero a la sala.

A juicio de Bentancor, el sistema robotizado en INIA demostró “facilidad de aprendizaje y adaptación de los jóvenes al sistema”, con más de 27 jóvenes que han hecho pasantía y trabajado en el tambo, y donde es posible lograr un régimen presencial diario de 8 horas en el establecimiento. “El robot funciona exitosamente en sistemas pastoriles”, aseguró. Añadió que los resultados económicos son satisfactorios y comparables a los obtenidos por predios comerciales ubicados en el top 25 superior.