En el marco de la última Expo Prado, tres productores lecheros expusieron cómo gestionan predios con buenos resultados económicos y dieron su visión sobre las oportunidades que ofrece el negocio para crecer.
La actividad tuvo un primer panel titulado El valor del sector en la estrategia del país desde el gobierno, que contó con la participación del economista Juan Labraga, del Ministerio de Economía y Finanzas, y de Alejandro Ferrari, de Uruguay XXI. Luego hubo espacio para una mesa de intercambio denominada Diferentes sistemas de producción exitosos en Uruguay. Este panel contó con la participación de los tamberos Ignacio Goicochea (pastoril con riego de pasturas), Pablo Rostagnol (cama fría) y Gonzalo Da Silva (pastoril con agricultura dentro del sistema). La actividad fue organizada por Mercoláctea.
Según Goicochea, discutir sobre la carga animal por hectárea en los tambos es una “entelequia”, ya que lo relevante pasa por definir el sistema para ser “eficiente” en la producción de leche. “En el país tenemos mucha variabilidad”, resumió. Añadió que la ejecución en los distintos sistemas termina siendo “la madre del éxito” y consideró que en su predio “el pasto en la dieta potencia los resultados”. Su establecimiento tiene una producción de 18.000 litros/ha, con un promedio de 21,8 litros por vaca.
En tanto, Rostagnol hizo un balance “más que positivo” de su incursión en un sistema de encierro bajo la modalidad de “cama fría”, que ya tiene siete años y funciona en dos tambos. Dijo que la clave para tener buenos resultados económicos pasa por alimentar bien a las vacas, cuidar su sanidad y darles confort. El último ejercicio registró un promedio diario de 35 litros/vaca.
Uno de los aspectos claves, señaló, es contar con comida suficiente y por buen tiempo. “Nos llevó dos años tener stock de comida para dos años. En la última seca quedamos en cero”, recordó. Este tambo ya incursionó con un robot de ordeñe y no descarta expandir el sistema a cama caliente, lo que le permitió liberar un tercio del área de pastoreo para realizar agricultura.
Da Silva, por su parte, es un caso exitoso de un tambero joven de 35 años que arrancó en 2022 con un predio arrendado, luego de que su familia saliera del negocio lechero. Trabaja en 240 ha, con el 60% destinado a la lechería y el restante 40% a agricultura. Considera que buena parte de su éxito se debe al asesoramiento técnico, la integración a un grupo CREA, la planificación y la conformación de equipos humanos en torno a la explotación. Su predio trabaja con una carga de media a alta y de fácil manejo. Da Silva tiene previsto salir de la parte operativa del negocio en unos 6 o 7 meses. Admitió que el arranque sin acceso al crédito fue complejo, aunque gracias a herramientas como Proleco y Prolesa pudo encaminar el inicio, favorecido además por el buen precio de la leche en 2022.
La concentración, un obstáculo para la llegada de inversiones
La elevada concentración que tiene la lechería en la fase primaria (Conaprole procesa más del 70% de la leche del país) complica la llegada de capitales extranjeros para impulsar la industria láctea, como ocurrió en su momento con los frigoríficos. Ferrari recordó que los antecedentes de inversores extranjeros en la industria láctea “no han sido del todo exitosos”, aludiendo también a la experiencia de New Zealand Farming Systems, que luego pasó a manos de la multinacional Olam.
El gerente de Inversiones & Aftercare de Uruguay XXI consideró que quizás sí puedan pensarse en inversiones más integradas, como el modelo de Estancias del Lago, empresa que combina producción primaria e industrial.
Por su parte, Labraga dijo que la política de la nueva gestión del MEF pasa por atacar los costos reales de producción y aseguró que se mantendrá la libre flotación del dólar, aunque se buscará mitigar la incidencia del sector público (emisión de deuda) en el mercado cambiario. Asimismo, anunció cambios al régimen de la Comap (Ley de Inversiones) para dar incentivos tributarios a proyectos que apunten a la sostenibilidad de la producción lechera.
Política de Estado y sanidad
El cierre de la actividad estuvo a cargo de la asesora técnica y veterinaria Ana Meike. Allí, la experta comentó que en Uruguay está demostrado que hay “espacio” para distintos sistemas de producción de leche, donde muchas veces inciden variables como el tipo de suelo o “la gente que está detrás. Gestionar procesos en la lechería es difícil”, reconoció.
Según Meike, la cadena en su conjunto debe “seguir presionando para que exista una política de Estado” de apoyo a la lechería. Asimismo, advirtió que puede llegar el momento en que algunos compradores comiencen a exigir aspectos vinculados a la salud animal, como la leucosis, lo que podría transformarse en una “barrera” de acceso.