Aunque hubo cierta resistencia inicial a vender una soja por debajo de los US$/t 400 con una cosecha tardía y costosa, en agosto se fijó “mucha venta de soja” por una necesidad financiera, dijo a Informe Tardáguila Joaquín Basso, gerente de negocios de granos de Cargill Uruguay. Añadió que en muchos casos existía la “necesidad de hacer caja” o de lo contrario especular con una potencial suba del mercado y apelar a préstamos bancarios, algo que también tiene su costo financiero (intereses). Además, indicó que otro tema que empujó a vender es que desde setiembre los productores tienen que comenzar a pagar por el almacenaje de la oleaginosa. “Muchos productores no querían seguir agregando más costos y el escenario a futuro en materia de precios tampoco lucía alentadora”, acotó.
Basso comentó que, pese a este empuje en la comercialización, se está saliendo de la zafra con el “mayor atraso de ventas de la historia”. El gerente de Cargill estima que ya se comercializó el 90% de la cosecha, cuya estimación rondaría los 2,9 millones de tons. De acuerdo a los datos aduaneros, hasta mediados de setiembre se habían embarcado 2,5 millones de toneladas por unos US$ 1.080 millones. Tomando en cuenta lo que se destina para semilla y la molienda local, todavía restaría por vender alrededor de un 10% de la cosecha. Basso advirtió que, si esa producción no sale antes de una “factible buena proyección de cosecha de trigo”, podría ser un problema para los acopios.
Respecto a los valores de los últimos negocios, el ejecutivo destacó la “la mano que dieron las primas”, que permitió tener cierta “revancha” después del bajó de precios que se dio a poco de finalizada el grueso de la cosecha. Los últimos negocios prácticamente fueron a la par de Chicago (US$ 0 y -US$ 5), con referencias sobre un eje de US$/t 370. Además, de una sorprendente buena demanda desde China, apareció Argentina como opción para aquellos lotes que por problemas de malezas no podían salir para el gigante asiático. Argentina recurrió a la soja uruguaya para cubrir sus necesidades de molienda ante una menor oferta desde Paraguay. Basso estimó que en esta campaña se pueden estar embarcando unas 200 mil tons de soja hacia la vecina orilla.