El trigo, el maíz y la soja subieron de precio en el mercado de Chicago, luego de la toma de posición de los fondos y las compras de oportunidad, a lo que se le sumó mejores datos de la economía y nuevos bombardeos en el Mar Negro, que suponen que el conflicto se prolongará.
Luego de semanas de volatilidad en los precios el trigo cerró la última jornada en el mercado estadounidense con ganancias. Los nuevos bombardeos a campos de trigo ucranianos y las continuas disputas militares, sumado a la disminución de las preocupaciones por una recesión mundial y al mayor movimiento en las importaciones chinas del grano, aumentaron los precios en más de 6%.
Las subas se apuntalaron por previsiones de disminución en la producción argentina, en donde las estimaciones para la siembra se recortaron debido a la continua sequía en algunas regiones; lo mismo pasó con la producción de Ucrania, donde se estima que la cosecha caiga 50Mt este año.
Las ganancias se vieron limitadas por la cosecha temprana de Francia de trigo blando, que se completó en 14%, frente al 5% de la semana anterior; y por la de Brasil, que se estima en 9 Mt para 2022, sembrando la mayor área para este cultivo en los últimos 32 años.
Alejarse del mínimo
El maíz también subió de precio y se alejó del mínimo de siete meses tocado la semana pasada. El mercado del grano amarillo operó al alza por los pronósticos de clima seco en el Medio Oeste estadounidense que afectan el período crítico de desarrollo del cereal y su rendimiento; como también por la disminución de las preocupaciones macroeconómicas.
Las ganancias aumentaron casi 5%, aunque se mantuvieron bajo control por la escasa demanda de exportación estadounidense, que totalizó en 44.800 toneladas, por debajo de las estimaciones de los analistas que oscilaban entre 200.000 y 800.000 toneladas.
La posición de diciembre 2022 registró un aumento de 2,6%, para cerrar la semana con una cotización de US$/t 245.
Finalmente, la soja también cerró la última jornada del mercado de Chicago con resultados positivos, que acompañaron la tendencia, en principio porque se estimaron condiciones inferiores que los de la semana anterior para los cultivos, y expectativas por debajo del mercado.
Condiciones peores del cultivo y alzas en precios internacionales de otros commodities (petróleo, más que nada) hicieron que hacia el final de la semana el precio se consolidó y logró cerrar en US$/t 599 para la posición julio y mantuvo el precio para la posición de noviembre en US$/t 513.
Un dólar más débil (dentro del contexto de gran firmeza de la moneda estadounidense), sumado a un repunte en los precios del petróleo crudo también influyeron en la presión alcista.
Hubo compras de oportunidad tanto en la soja como en sus derivados, dados los precios bajos mostrados la semana pasada, y eso promovió las ganancias. Por último, la pobre demanda de exportaciones estadounidenses limitó la fortaleza de la soja, con compradores extranjeros concentrados en los productos sudamericanos.