Con el inicio de la siembra cada vez más cerca, las expectativas para la campaña de maíz 2025/26 en Argentina se presentan alentadoras. Las lluvias registradas en los últimos meses permitieron una buena recarga de los perfiles de humedad, los pronósticos climáticos anticipan una fase “neutral” y los precios internacionales —aunque bajos posicionan al cultivo de manera competitiva frente a otras alternativas.
Juan Pablo Migasso, gerente senior del Sistema de Cultivos de BASF, sostuvo: “Las expectativas son muy buenas. Estamos con una mirada optimista”. A su entender, la diferencia respecto a la campaña anterior es clara: este año el clima acompaña y eso ya se nota en la fina. “Los cultivos de trigo y cebada se implantaron muy bien, se hicieron barbechos, se controlaron las malezas, algo que el año pasado no se había podido hacer por las malas condiciones climáticas”, detalló. Y agregó que, en varias zonas, ya se empezaron a registrar enfermedades fúngicas, lo que también habla de buena humedad.
Esa percepción coincidió con la de Geraldine Stegemann, directora de Estrategia Comercial de Bayer para el Cono Sur. “Arrancamos una campaña con mucho nivel de incertidumbre, pero hubo un cambio de contexto que sumó positivismo. Venimos con perfiles de agua bien cargados y el año será climáticamente neutro. Eso es positivo”, remarcó. También destacó que, con un escenario macroeconómico más previsible, “el productor ya sabe con qué precio va a cosechar o empieza a tener un poco más de previsibilidad”. Todo eso, según señaló, actúa como incentivo para encarar una “gran campaña”.
En cuanto al área sembrada, ambas empresas coincidieron en que habrá una recuperación. Stegemann recordó que el año pasado el maíz perdió entre el 17 y el 18% de su superficie. “Hoy entendemos que esa superficie se va a recuperar seguro, y probablemente hasta crecer”, afirmó.
Por su parte, Migasso también sostuvo que se está regresando al “piso” histórico del maíz, que ronda los 7 millones de hectáreas. “Con el problema de chicharrita se había perdido más del 20% del área. Ahora se está recuperando”, explicó.
Ese regreso al maíz, aclaró, también está condicionado por lo que ocurrió con los cultivos alternativos. “Hay productores que cambiaron a girasol y les fue bien. Como les fue bien, por ahí este año se repiten. Entonces, el maíz se recupera, pero tal vez no lleguemos al máximo histórico”, indicó.
Fuente: La Nación – Pilar Vázquez