Enrique Oyharzabal, presidente de la Agropecuaria de Dolores

Hace unos cinco años la Asociación Agropecuaria de Dolores comenzó a detectar que existía la necesidad de generar información sobre los suelos de uso más intensivos para la producción agrícola, producto de un proceso de acidificación (bajo PH que reduce crecimiento de plantas). Fue así que la Agropecuaria decidió lanzar hace cuatro años un proyecto técnico de encalado a cargo de la consultora Unicampo, liderada por el Ing. Agr. Esteban Hoffman. “Con esta última cosecha de verano vamos a estar llegando al fin de este proyecto, pero vamos a encarar una nueva etapa que va a ser técnico-económica para transformar toda la información que tenemos en números”, explicó a Informe Tardáguila el presidente de la Agropecuaria de Dolores Enrique Oyharzabal. 

El objetivo es “bajar a tierra” cosas más técnicas para que la mayor parte del espectro político pueda comprender el “impacto gigante” que tendría el encalado para recuperar la productividad perdida en suelos asidificados. Este trabajo estará a cargo de Ceres, liderado por el economista Ignacio Munyo, y será presentado en la edición de la próxima Expo Prado en setiembre próximo.

El productor explicó que, dado que buena parte de los campos agrícolas son arrendados por períodos relativamente cortos, hoy es “inviable” que los agricultores puedan asumir un costo (del encalado) que ronda los US$/ha 450-750. “Inevitablemente el país va a tener que recorrer el camino del encalado para que los suelos comiencen a recuperar su productividad”, consideró Oyharzabal.

El gremialista destacó el apoyo que están recibiendo de diversos actores de la cadena (empresas de maquinaria, caleras, bancos, etc) para sumarse al proyecto de encalado. “Estamos dejando un proyecto sin precedentes para el país”, resaltó. Actualmente, se estima que unas 300 mil ha de tierras destinadas a la producción agrícola, ganadera y lechera están siendo afectadas por la acidificación. Por cada hectárea deben aplicarse unas 6 toneladas de cal.

Estos suelos están perdiendo hoy entre un 25% y 30% de su potencial por ese proceso de degradación.

La aplicación de cal en esos predios permitirá una recuperación inmediata de su potencial productivo por un período de cuatro-cinco años. “Por primera vez podemos aplicar algo que no tenemos que importar. Tenemos una materia prima de excelente calidad con las caleras que tiene el país”, aseguró Oyharzabal. El proceso del encalado generaría todo un “proceso virtuoso” sobre la economía: desde la explotación de la minería (canteras), traslado de la cal (bitrenes y tritrenes) y su aplicación en los campos.

En el trabajo que presentará Ceres se presentará una propuesta para que los agricultores que hagan encalado puedan recibir algún tipo de compensación fiscal que haga viable su aplicación. “Hay que buscar un mecanismo que permita que el productor pueda invertir tranquilo. Creemos que esta iniciativa tendrá un gran impacto”, finalizó Oyharzabal.

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