A horas de que finalicen las alícuotas reducidas de las retenciones a la soja y el maíz, mientras -en cambio- seguirán disminuidas para el trigo y la cebada hasta el 31 de marzo próximo, el balance de la medida que rigió desde fines de enero pasado muestra un impacto contundente: según estimaciones privadas, junio podría cerrar con un aporte de divisas por más de US$ 6.000 millones, un récord histórico para este mes. Algunos aventuran que ese número podría trepar incluso a US$ 7.400 millones. No obstante, no todo se contabilizaría este mes, sino que habría un efecto de arrastre de operaciones de estos últimos días hacia julio, informó La Nación.
La medida oficial, cuya finalización implicará que la soja pase de tributar del actual 26% al 33%, y el maíz del 9,5% al 12%, logró dinamizar la comercialización. En este marco, en junio se anotaron Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) por 21,3 millones de toneladas, un salto notable frente a meses anteriores. En abril y mayo se habían registrado 9,2 millones y 9,7 millones de toneladas, respectivamente. Más allá de la previsión de ingreso de dólares de los expertos, en la agroexportación prefirieron, ante una consulta, a que finalice el mes para dar los datos finales del sector.
Por lo pronto, en el agro hay malestar porque no se continuó con los derechos de exportación más bajos para los principales cultivos. “Si bien ponderamos los muy valiosos avances que ha realizado el gobierno en varios temas, reducción del déficit fiscal, freno a la inflación y desregulaciones necesarias, teníamos alguna esperanza en que la suba de retenciones no se repitiera”, dijo la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja). Y agregó: “La vuelta atrás nos sigue quitando competitividad y especialmente al productor en este momento en que se realiza la planificación de la siembra de la futura campaña”. En tanto, tras la oficialización de la medida, la Mesa de Enlace enfatizó “la necesidad de eliminar los derechos de exportación” y alertó sobre “el impacto que este impuesto tiene sobre la rentabilidad de los productores, especialmente en un contexto de altos costos, baja de precios internacionales y escasa previsibilidad”.
En este contexto, los precios internacionales de las commodities durante el primer semestre del año estuvieron en niveles mínimos y no resultaron atractivos en muchos casos, sumado a dificultades climáticas.
Para el gobierno nacional, estos cinco meses de reducción de retenciones habrían cumplido su objetivo central: generar un ingreso extraordinario de divisas. Pero también en el campo destacaron el repunte en la comercialización de granos, tal como lo reflejó un informe del Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Sociedad Rural Argentina (SRA), que estimó un beneficio fiscal total de US$ 544 millones para los productores, como efecto directo de la medida.
“El alivio fiscal impulsado por el decreto significó una mejora del ingreso por US$ 544 millones por el efecto de la medida en los precios de los cultivos”, precisaron en la entidad. Del total, un 81% correspondió a la soja, con un ingreso adicional de US$ 441 millones para los productores. El maíz representó US$ 67 millones, mientras que el trigo alcanzó los US$3 6 millones.
Según el estudio de la SRA, hasta hace unos días ya se habían comercializado 51,6 millones de toneladas de la campaña 2024/25, un 22% más que lo vendido a igual fecha del año pasado. “La baja de retenciones generó un fuerte estímulo a la venta”, señalaron en la Rural.
Para Lorena D’Angelo, analista de AZ-Group, fue un ingreso fuerte de divisas. “Faltando un día, se llevan acumuladas unas DJVE en junio con 21,3 millones de toneladas, lo que llevaría a un ingreso de divisas por US$ 7.400 millones”, dijo a La Nación.