La región núcleo de Argentina se vio afectada por la escasez de agua, lo que dificultó tremendamente la siembra de cultivos de invierno, especialmente de trigo. Si bien había esperanzas de que los pronósticos mejoraran, en términos de siembra, las lluvias no se concretaron de la forma esperada para la zona y las expectativas de principios de campaña no se concretaron.
De acuerdo al último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, y a pesar de que algunas lluvias llegaron, el área que se sembró de cara al final de la zafra es 400 mil hectáreas menor a la del año pasado y 550 mil hectáreas por debajo de lo esperado al comienzo de zafra.
Las zonas más afectadas fueron el sudeste de Córdoba, donde se sembraron 175 mil hectáreas menos, y el sur de Santa Fe que tuvo una caída de 25%.