El invierno se instaló en el país con sus característicos días cortos y fríos. El buen avance del mes de mayo permitió realizar la gran mayoría de las siembras (75%) en tiempo y forma, restando un 25% para junio, del cual se logró sembrar un 15% en condiciones que no resultaron tan buenas, debido al temporal que se dio durante el sexto mes del año. Las siembras planificadas para este invierno, entonces, fueron completadas sobre fines de junio y los primeros días de julio.

En términos generales, se logró implantar los cultivos de manera aceptable. En la actualidad, se está procediendo a aplicar el nitrógeno correspondiente y los herbicidas para mantener los cultivos limpios. Estamos ante un invierno que está presentándose con fuertes heladas y cambios significativos de temperatura, como el veranillo que se dio hace algunos días. Observamos que las gramíneas están capitalizando mejor este clima y las brassicas han sido más afectadas por heladas y excesos hídricos.

Es importante, el uso de barrerastrojos para la siembra, así como la planificación de su uso sobre cultivos anteriores que dejen menor contenido de rastrojo, básicamente maíz y soja de primera. Este año se ven claras las diferencias, tanto de población como de desarrollo en estas chacras frente a las que tienen mayor contenido de rastrojo.

En cuanto a las cosechas de maíz de segunda, hemos avanzado en un 90 %, con un rinde entorno a las 5.8 TT/Ha, lo que, una vez más, nos demuestra la estabilidad de este cultivo. Estamos ante una zafra de mucho aprendizaje entorno al maíz, en la que hicimos la siembra con población variable y adaptando híbridos a distintas poblaciones y nutriciones.

Por Diego Guigou, para AgroRedes de ADP.