Brasil dio una clara advertencia a India y varios otros países en desarrollo este miércoles en la Organización Mundial del Comercio (OMC): no habrá cheque en blanco para otorgar subsidios agrícolas a expensas de las exportaciones brasileñas, dijo Valor al informar acercad de la posición brasileña en el organismo internacional.
Con esta posición, Brasil reacciona a un doble intento de cerrar los mercados agrícolas en las negociaciones de la conferencia que reunirá a los ministros de Agricultura de los 164 países miembros de la organización, que seguramente se realizará en la semana que comienza el 13 de junio, en Ginebra.
El primero es la demanda de un grupo de países en desarrollo liderado por India por una solución permanente que permita la formación de reservas públicas con fines de seguridad alimentaria (PSH). Nueva Delhi quiere la creación de una regla definitiva para la adopción de nuevos programas con precios administrados y con el otorgamiento de subsidios ilimitados y sin restricciones para una amplia variedad de commodities —incluyendo el azúcar— que no pueden ser impugnados en el Órgano de Solución de Controversias de la OMC.
El segundo intento de este grupo de países en desarrollo, que incluye a varias naciones asiáticas y africanas, contempla la aplicación de medidas especiales de salvaguardia, lo que se refleja en aumentos de aranceles a productos agrícolas cuando hay caídas abruptas de precios o aumentos repentinos de importaciones.
En ambos frentes, las discusiones agrícolas en la OMC, en lugar de avanzar gradualmente en la dirección de la liberalización, podrían ir en la dirección opuesta, con más obstáculos para las exportaciones a India, Indonesia y varios otros mercados importantes.
No solo Brasil y otros países latinoamericanos se verían afectados. Estados Unidos también.
Con su postura, Brasil buscó detener el intento de establecer reglas permanentes para subsidios aún más ilimitados. El país advirtió que los mandatos sobre constitución de existencias públicas podrían ser revisados, pues ya no existe el consenso que los creó.
La posición brasileña es que el PSH, tal como se presenta actualmente, en realidad, provoca inseguridad alimentaria. Para Brasil, la seguridad alimentaria requiere una reducción del volumen de cientos de miles de millones de dólares en subsidios agrícolas, no al revés. Además, el país argumenta que la desnutrición no es un problema de falta de alimentos, sino de acceso a los alimentos. El comercio abierto asegura que los alimentos puedan llegar más rápido y a precios más baratos, incluso a los países más pobres con un sector agrícola que no puede competir con aquellos que subsidian fuertemente a sus productores.
El mensaje fue que Brasil no está contra nadie y que preservar las exportaciones brasileñas es parte de la solución, no del problema. El país está dispuesto a negociar una comprensión más moderna de la seguridad alimentaria, para reaccionar ante las verdaderas causas del problema. Pero lo que Brasil no aceptará es dar un cheque en blanco a India y otros países para otorgar subsidios.
Fuente: Valor Económico