La desaceleración económica de China está provocando un impacto significativo en los mercados agrícolas mundiales, ya que las reservas de cereales del país aumentan y la demanda disminuye, informó Bloomberg. Esto está causando preocupación a los agricultores de todo el mundo por la relevancia de la demanda china.
Los efectos ya son visibles, con la disminución de las exportaciones de cebada francesa a China y Estados Unidos luchando por vender maíz para la nueva zafra. Es probable que los productores de trigo australianos, a punto de comenzar a cosechar, sientan la presión mientras se preparan para una demanda reducida. Esta recesión podría indicar un desafío prolongado para la agricultura mundial vinculado al consumo de China.
Mientras tanto, las autoridades chinas enfrentan cada vez más presión para acelerar el estímulo fiscal y monetario para cumplir con el objetivo de crecimiento del 5% para 2024, luego de la desaceleración más prolongada de la producción industrial desde 2021. Los datos recientes revelaron un consumo y una inversión más débiles de lo esperado y una fuerte caída en los precios de la vivienda.