Un proyecto vitícola comenzado en 2019, por dos jóvenes enólogas, terminó lanzando en noviembre del año siguiente su primer producto denominado “Latita”, un vino en lata que se lanzó en dos variedades tinto, en base a tannat, y blanco, que es un corte de las variedades Ugni Blanc y Sauvignon Blanc. El producto fue bien recibido entre los jóvenes y el proyecto avanza, hasta la creación de un vermut propio.

La realidad es que esta tendencia, iniciada en el mundo un poco antes, va ganando adeptos entre los jóvenes y cierto escepticismo entre los enólogos tradicionalistas. En la primera exposición del vino en lata uruguayo en el exterior, en un stand de INAVI, las bodegas tradicionales cuestionaron fuertemente al instituto la promoción de ese tipo de presentación de los vinos uruguayos.

La Mag. María Paula Vila, integrante del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INAVI), reconoció que el vino en lata aún enfrenta cierta resistencia, especialmente entre aquellos que valoran las formas más tradicionales de disfrutar esta bebida. "Para algunos tradicionalistas, el vino en lata no se ve con buenos ojos, pero la juventud lo está aceptando con entusiasmo", señala.

Esta resistencia se basa en parte en la asociación errónea de este formato con vinos de baja calidad. Sin embargo, en Uruguay, las bodegas están comprometidas con mantener altos estándares de calidad en sus productos en lata, asegurando que estos vinos sean jóvenes y frescos, ideales para el consumo inmediato, argumento la profesional.

Vila, explicó que se ha venido generando un cambio en los hábitos de consumo, principalmente en los jóvenes, lo que también se refleja en la popularidad de los tragos elaborados con vino en el este del país, durante el verano. "Hoy en día, en cualquier evento con jóvenes, se pueden encontrar tragos con Tannat y vinos blancos", comentó y agregó que esta diversificación permite que el vino llegue a un público que anteriormente optaba por otras bebidas, "es una manera de captar a una generación que antes no se alcanzaba".

"Para el consumidor, es importante porque sabe que no va a perder producto", señaló Vila, refiriéndose a la conveniencia de consumir una porción de vino sin necesidad de abrir una botella entera, como una de las ventajas de este tipo de presentación.

A pesar de la novedad del formato, Vila enfatiza la responsabilidad con la que los productores uruguayos están abordando esta tendencia. "Los productores y las bodegas están trabajando con responsabilidad, asegurando que el vino en lata mantenga la misma calidad que el vino embotellado", subrayó.