En su Informe de Política Monetaria (IPOM) del período abril-junio, el Banco Central (BCU) espera que la inflación se mantenga dentro del rango meta (3%-6%) por los próximos dos años. A junio de 2025, se ubicaría en 5,3% interanual.
Esta trayectoria de la inflación a lo largo del horizonte de proyección (24 meses) es guiada “por la política monetaria contractiva y el aumento de precios administrados compatibles con una estrategia moderada de desinflación. Las expectativas de inflación se ajustarían progresivamente a la baja, influyendo a su vez a los salarios nominales, lo que generarían menores presiones inflacionarias” respecto a las previstas en el IPOM del período enero-marzo.
Asimismo, la desaceleración de la inflación estaría determinada por otros factores macroeconómicos como la persistencia de una brecha del Tipo de Cambio Real (TCR) y, en menor medida, de una brecha del PIB en terreno negativo.