La economía de China se recuperó a un ritmo más rápido de lo previsto en el tercer trimestre, pero una reactivación más sólida a largo plazo se verá desafiada por las persistentes restricciones de COVID-19, la crisis inmobiliaria y los riesgos de recesión global, informó Reuters.  

Respaldada en una serie de medidas gubernamentales, la segunda economía más grande del mundo se expandió 3,9% en julio-setiembre respecto al año anterior, según mostraron datos oficiales el lunes, superando el ritmo del 3,4% pronosticado en una encuesta de Reuters y más rápido que el crecimiento del 0,4% en el segundo trimestre.  

Sin embargo, la demanda interna disminuyó hacia el final del trimestre, ya que un brote de casos de coronavirus provocó bloqueos, mientras que el crecimiento de las exportaciones se desaceleró y el sector inmobiliario se enfrió aún más, lo que apunta a una recuperación tensa.

Para nublar aún más las perspectivas, parece que China continuará con sus políticas ultraestrictas contra el COVID respaldadas por el gobernante Partido Comunista, que concluyó su reorganización de la cúpula directiva el domingo con Xi Jinping asegurando su tercer mandato al mando. La nueva formación del máximo órgano de gobierno de China ha aumentado los temores entre los inversores de que el presidente Xi redoblará las políticas impulsadas por la ideología a costa del crecimiento económico, dijo Reuters.

"No hay perspectivas de que China levante su política de cero COVID en el futuro cercano, y no esperamos ninguna flexibilización significativa antes de 2024", dijo Julian Evans-Pritchard, economista senior de China en Capital Economics. "Por lo tanto, las interrupciones recurrentes del virus continuarán afectando la actividad de las personas y no se pueden descartar más bloqueos a gran escala", agregó.