El economista Ignacio Munyo, director del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES), dialogó con Tardáguila Agromercados sobre el reclamo del sector agropecuaria y empresarial respecto al valor del dólar y su implicancia en el resultado económico de las empresas. Días atrás, en entrevista al ex ministro de Ganadería, Martín Aguirrezabala, dijo que el “atraso cambiario” es un síntoma de una enfermedad llamada “gasto público”, mientras que desde el gobierno se sostiene que el ingreso de divisas al país es lo que determina que la moneda estadounidense se encuentre en estos valores.

Al respecto, Munyo dijo que “más allá de la explicación” que se pueda brindar desde el gobierno o desde la sociedad, la realidad es que “Uruguay está caro y está caro con respecto al resto del mundo y con respecto a los países de la región y a clientes muy importantes, por ejemplo, Brasil”.

Si bien reconoció que el valor de la moneda, para quienes venden en dólares y pagan gran parte de sus costos en pesos, es un factor determinante en el resultado económico de las empresas, el economista explicó que “la corrección por el lado de la intervención del gobierno en el mercado de cambios no es algo mágico, ni tampoco tiene resultados contundentes”.

Munyo remarcó que “el valor del dólar hoy es el que le pone el mercado” y que una intervención del gobierno “puede marginalmente hacerlo subir, pero no de forma sustancial y contundente como para generar un cambio en la competitividad”.

El director de CERES señaló que Uruguay tiene “otras barreras para ser competitivo, que van más allá de lo cambiario, que muchas tienen que ver con regulaciones. Ahí se juega un gran partido”. En este sentido, indicó que hay “costos que están asociados a tiempos, a procedimientos, a controles excesivos e innecesarios en muchos casos y que depende de nosotros, del Uruguay, cambiarlos y mejorarlos” para ser “más competitivos”.

Próximo gobierno

Munyo señaló que este debe ser un tema principal en la agenda del próximo gobierno, porque “se va a enfrentar a una situación compleja, de bajo crecimiento económico histórico del país y demandas muy grandes de inversiones públicas en áreas claves como la seguridad, la investigación y el desarrollo, la salud, la vivienda, la primera infancia, todas áreas que exigen nuevos gastos del Estado, pero que no hay recursos extra para ofrecerles porque la situación fiscal no lo permite y no hay capacidad de nuevos impuestos ni de más endeudamiento”.

Redistribuir el gasto del Estado debe ser “el primer desafío” que tendrá que asumir el próximo gobierno, según el economista. “Deberá redistribuir el gasto y asignarlo diferente a lo que está, revisar a fondo el gasto público en un marco en que nuevos gastos son tremendamente contraproducentes para hacer que la economía crezca”.

El director de CERES reconoció que, en este sentido, “hubo cambios” en el actual gobierno, respecto a los anteriores; sin embargo, remarcó que “no suficientes”, principalmente porque “es un tema complejo, esto no es algo que se cambie fácilmente”.