“No dejemos pasar esta oportunidad de consolidarnos como el primer país desarrollado de Latinoamérica”, dijo el ministro de Ganadería, Fernando Mattos, al hacer uso de la palabra en el acto de clausura de la Expo Prado 2022.

Al finalizar su discurso, Mattos, quien 17 años atrás participó también del acto de clausura de la Expo Prado, pero como presidente de la Asociación Rural del Uruguay, dijo que este año la economía del país crecerá por encima del 4,7% y que el PIB per cápita rondará, por primera vez, los U$S 20.000. En base a ello, dijo que “tenemos todas las condiciones de transformarnos en un país de renta alta, podemos dar ese paso, pero, para lograrlo resulta imprescindible realizar las reformas estructurales como la Seguridad Social, la Educación y el Estado”.

Previamente Mattos comparó la situación del país en aquellos años en los que era presidente de la ARU y la actualidad. “En aquellos años generábamos US$ 3.400 millones de exportación, de los cuales US$ 2.200 millones eran del sector agroindustrial.

En aquel entonces, “China no era relevante comercialmente, seguíamos recuperando mercados luego de la aftosa, se discutía la conveniencia de la trazabilidad obligatoria y estaba la posibilidad de un TLC con Estados Unidos.” En tanto que “hoy Uruguay mantiene un ritmo sostenido y creciente de exportaciones de bienes agroindustriales”, con ventas al exterior que se proyectan en US$ 14.500 millones de los que US$ 11 mil millones son de de productos agroindustriales, lo que representa un “récord histórico”, dijo el ministro, y que eso se observa claramente al recorrer las rutas del país.

Mattos se refirió al concepto de “malla oro”, que hay quienes lo utilizan de forma despectiva, y agregó que “no es otra cosa que un líder; debemos estar orgullosos de tener un malla oro”.

El ministro Mattos señaló que “Uruguay continúa trabajando para abrirse al mundo”. Citó los casos de China y el acuerdo Transpacífico, pero agregó a Medio Oriente, que consideró “estratégico, donde existe una enorme demanda estructural de alimentos, ofreciendo abundancia de energía e insumos esenciales que requerimos para producir”. Agregó que “son zonas de alto poder adquisitivo y con baja protección arancelaria que poco hemos priorizado”.