La empresa chilena CMPC iniciará estudios para construir una nueva planta de celulosa en Brasil, con una inversión de más de US$ 4.500 millones. La empresa también conocida como La Papelera es un holding forestal y papelero chileno controlado por la familia Matte.

La firma informó este lunes como hecho esencial a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) de la Bolsa de Santiago, que acordó con el Estado de Río Grande do Sul de ese país un protocolo para avanzar en la evaluación de un proyecto que incluirá una nueva planta de celulosa.

Esta planta se ubicaría a 15 kilómetros de la ciudad de Barra do Ribeiro, a unos 350 kilómetros de la ciudad uruguaya de Río Branco. De obtener todos sus permisos y autorizaciones, el proyecto sería presentado a decisión del directorio de CMPC a mediados del año 2026.

La nueva planta tendría un costo de US$ 4.000 millones, además de US$ 420 millones en distintas obras de infraestructura vial y US$ 150 millones para el desarrollo de un nuevo terminal portuario en Rio Grande, así como también una ampliación en el terminal portuario actualmente en uso.

“Estamos iniciando un proceso de evaluación para un gran proyecto que se inserta en la estrategia de internacionalización que CMPC inició hace más de tres décadas y que hoy tiene presencia industrial en 9 países de América”, afirmó el presidente de CMPC, Luis Felipe Gazitúa en declaraciones publicadas por Diario La Tercera.

“La construcción de otra planta de celulosa casi en la cabecera norte de la Laguna de los Patos podría tener consecuencias positivas sobre el complejo forestal uruguayo y la Hidrovía con la Laguna Merín”, dijo en su cuenta de X el economista Aldo Lema.

“La región de la cuenca de la Laguna Merín es una de las zonas más carenciadas del país en términos socioeconómicos, situación que puede comenzar a mitigarse si se aprovecha la buena cantidad de territorio subutilizado, homogéneo y apto para producir bienes altamente demandados por mercados cercanos”, escribió CERES en un recienta columna en el diario El País. Fuente: Diario Financiero-El Observador