Nuevos módulos agroforestales y silvopastorales serán introducidos en más de 35.000 hectáreas, lo que permitirá mejorar la infiltración y retención de agua en el suelo, previniendo su erosión y permitiendo mayor productividad y sustentabilidad en los ecosistemas agrícolas locales.

El gobierno de Cuba y la FAO trabajarán con agricultores familiares para cambiar sus modelos intensivos tradicionales por técnicas de producción más resilientes al clima. Esto servirá como experiencia piloto para poder escalar estas intervenciones a todo el país. El proyecto también dará asistencia técnica para aumentar las capacidades para el diseño de nuevos incentivos gubernamentales para fomentar esfuerzos más amplios para la adaptación al cambio climático.

"Este proyecto es especialmente bienvenido, ya que es la primera iniciativa de este tipo en un pequeño Estado insular en desarrollo, para el cual el cambio climático es un desafío significativo de largo plazo", dijo Maria Helena Semedo, Subdirectora General de la FAO, Clima y Recursos Naturales.