Francisco Bonino, director de Agroempresa Forestal e integrante de la Sociedad de Productores Forestals, aportó a Panorama Forestal su visión sobre distintos temas.

Agroempresa Forestal es una empresa administradora, cuyas operaciones apuntan a administrar el capital de los fondos de pensión de Uruguay, además de las operaciones en el país; también mantiene operaciones en Chile y Brasil.

Consultado por la situación actual del sector forestal, Bonino indicó que, si bien el rol que juega la producción de celulosa y la cadena para abastecer las plantas es preponderante, no se puede dejar en un segundo plano toda la inversión existente en plantas de aserrado y producción de energía. “En el norte del país hay un área muy importante destinada a la producción de madera para aserrado, acompañado con varios proyectos industriales, que buscan agregar valor a la madera y generar productos más diversificados”. Todas estas industrias generan energía en firme, lo cual significa que UTE la puede utilizar, aunque no haya viento, agua u otro factor generador.

Destacó el papel de la exportación en pie y aclaró que, si bien la exportación de rollizos de pino de alta calidad no es lo deseable para el mercado local —ya que no genera un estímulo a la replantación, ni a la diversificación de la industria—, ha tenido una importancia “notable” en los últimos años, generando el movimiento de la cadena, desde el bosque hasta los puertos. “Todos los días hay un barco cargando madera en el puerto”. En lo que va del año, se exportaron más de 1,65 millones de m3 de rollizos de pino.

Consultado por la ausencia de una mayor inversión industrial en el sector de madera para aserrado, Bonino subrayó y elogió aquellas industrias que lograron prevalecer en un mercado complejo y que hoy día están instaladas con sus productos a nivel mundial y señaló que no es un solo factor el que conduce a un estancamiento de la inversión. Dentro de los factores más importantes destacó el costo logístico y el de la energía eléctrica.

Mirando a futuro, Bonino dijo que “vamos hacia un sector más dinámico e integrado”, destacando la complementariedad entre los distintos ciclos de producción, con una creciente construcción en madera nacional y todos los beneficios que esto implica, mayor interacción con los demás sectores del agro, sobre todo con la producción ganadera y profundizando la sinergia con los productos no madereros del bosque, principalmente la producción apícola.