Como toda crisis tiene sus consecuencias, era solo cuestión de esperar en qué momento se comenzarían a ver las consecuencias de la crisis mundial provocada por la pandemia de Covid-19.
A nivel de mercados spot y variaciones en el corto plazo, es conocido para el lector cómo han evolucionado los distintos productos y precios en los distintos mercados, pero, a medida que la pandemia se comienza a retirar, ¿cuáles son las consecuencias en el largo plazo?
Como primera consecuencia, se encuentra el brutal desbalance de mercado generado por una reactivación económica repentina que atrajo el flujo de madera principalmente a dos países: Estados Unidos y China. Esto tuvo y tiene, actualmente, dos consecuencias; por un lado, precios exorbitantes de materia prima, en algunos casos llegando a cuatriplicarse y, en segundo lugar, desabastecimiento de los mercados locales en los países exportadores.
A este último punto debe agregarse un factor agravante para alguno de los países exportadores, que es la situación de escasez de madera que ya estaba aconteciendo, en algunos casos por incendios, en otros por incidencia de plagas, entre otros motivos.
Esto deja un escenario complicado y poco claro hacia adelante. A medida que la economía siga repuntando, la construcción en madera lo hará en igual forma, por lo que la demanda de materia prima también. Si se tienen en cuenta la edad necesaria para el desarrollo de los bosques a nivel mundial, es lógico pensar en unos años venideros de oferta sumamente ajustada y, probablemente, en algunos casos, no suficiente.