Dada la alta conflictividad en el mar Negro, las medidas tomadas por la mayoría de las empresas en cuanto a cesar sus actividades en Rusia, sumado a los problemas logísticos que se siguen suscitando con frecuencia, el flujo de madera está lejos de encontrar un ritmo normal.
En medio de esta situación, UPM busca maximizar la extracción de madera en Finlandia, apuntando a llenar el vacío generado por el cese de la importación de madera rolliza desde Rusia y tratando de reestablecer el flujo y abastecimiento a las plantas productoras de celulosa.
Esta intención se ve afectada por el paro de trabajadores que tiene más de dos meses ya y que se va a extender al menos hasta mediados de abril. Los contratistas trabajando para UPM en Finlandia también están teniendo el problema de no poder cosechar a mayor ritmo dado que la tasa de procesamiento ha sido reducida notoriamente.
Tanto UPM como otras empresas ven posible sustituir el faltante de madera con producción local y ven que esto sería muy positivo para la economía local, generando un efecto derrame muy importante. A su vez, las condiciones de cosecha continúan siendo propicias, situación que no generalmente ocurre a esta altura del año.