La expectativa de un precio relativamente más alto de la reposición respecto del gordo a partir del pasado otoño no se cumplió. No porque el ternero no valiese, sino porque el novillo alcanzó precios récord inimaginables pocos meses antes. Pero ahora sí, con la primavera a la vuelta de la esquina, los precios de la reposición están firmes y la expectativa es que sigan así durante este tercer trimestre del año —siempre que el tiempo acompañe— y que pasen a ubicarse mucho más cerca de lo que han sido los promedios de los últimos años.
La relación de reposición (kilo de ternero/kilo de novillo a faena), de acuerdo con la última reunión de precios de la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG), fue de 1,115. Es decir, el precio del kilo de ternero 11,5% superior al del kilo de novillo a faena. A pesar de que, si se miran los últimos años, se trata de un número bajo, es el más alto en más de un año, desde mediados de mayo de 2021.
En el último año la relación de reposición promedió 1,03, con pisos de menos de 1 en octubre pasado y a principios de 2022. La expectativa es que comience a evolucionar al alza hasta ubicarse en una franja de 1,15-1,20.
El crecimiento de la agricultura de invierno seguramente fue un factor que impidió que la relación de reposición subiera antes. Para la próxima primavera la expectativa vuelve a ser de un aumento del área de siembra de cultivos de verano, pero desde un punto de vista relativo el impacto bajista sobre los precios de la reposición será menos significativo que cuando se dio el crecimiento invernal.
Si en las próximas semanas la relación de reposición tiende a ubicarse en 1,15-1,20, con un precio del novillo terminado a pasto a US$ 4,80-5,00, el kilo carcasa, el precio del ternero debería ubicarse entre US$ 3,00-3,20 el kilo en pie. En un escenario favorable desde el punto de vista climático, que permita un buen desarrollo forrajero, la relación de reposición podría subir un escalón más y así también el precio esperado del ternero.
Se trata de cotizaciones atractivas para la cría que seguramente seguirán jugando a favor de decisiones que permitan lograr una mayor tasa de preñez y, también, de reducir las pérdidas antes del destete.