Luego de las lluvias de las últimas horas en buena parte del país, y los “menores precios que salió a ofrecer la industria” desde inicios de esta semana, “hubo parte de la oferta del gordo que se retrajo”, dijo a Informe Tardáguila el consignatario Arturo Aramburu.
El director del escritorio Aramburu SRL comentó que los frigoríficos sostienen una “gran disparidad” en los valores que ofrecen por el ganado gordo en función de sus preferencias. Respecto a los picos de precios de inicios de la semana pasada, se dio una corrección a la baja de unos 10 centavos.
El intermediario indicó los novillos gordos se negocian sobre un eje de US$ 3,60 por kg carcasa con valores de hasta US$ 3,70 para animales especiales y pesados. En el caso de la vaca gorda, los valores se ubican sobre un eje de US$ 3,20-3,40, y en la vaquillona gorda entre US$ 3,50-3,60 por kg a la carne. Las entradas a las plantas están entre 7 y 10 días. En el caso de los novillos, esta semana comenzó a ingresar ganado de los corrales de la industria para una nueva faena de cuota 481, algo que le quita cierta presión compradora a esa categoría.
Aramburu aseguró que, tras el nuevo posicionamiento por parte de la industria en cuanto a los valores de la hacienda con destino a faena, “se notó un afloje y retiro de la oferta”.
Por otro lado, el operador destacó el muy buen remate que tuvo Plaza Rural en su edición de julio de este martes y miércoles. Si bien recordó que es normal que los valores se afirmen en los remates de este mes cada año porque los ganados están más livianos, “sorprendió” la agilidad, la firmeza en los valores de algunas categorías, y una venta prácticamente del 100% que dejó a productores sin poder comprar. “Colocar una oferta de 10 mil reses en pleno julio y viendo lo que está pasando con la volatilidad del gordo, sorprendió”, admitió el integrante del consorcio por pantalla. “Entre los colegas destacábamos el interés que se dio en todas las categorías y el nivel de demanda”, comentó.
Asimismo, destacó como aspecto positivo que prácticamente se borró la brecha de 20 centavos que se dio en remates anteriores entre los terneros castrados y los enteros (que demanda el mercado de exportación en pie).
Aramburu considera que esa firmeza en los valores está básicamente asociada a la respuesta que están mostrando los verdeos, ya que luego de un año seco su repuesta forrajera es sensiblemente superior a un año normal. Esto hace que los productores tengan más espacio ocioso para los campos naturales.