Esta semana la Junta Directiva del INAC recibió al ministro de Trabajo, Pablo Mieres, y al subsecretario Mario Arizti, para abordar un tema que preocupa a la industria frigorífica como es la elevada tasa de ausentismo laboral por certificaciones médicas.
“El cálculo que tiene el sector empresarial es que se está orillando el 20%; es una cifra altísima”, reconoció Mieres en diálogo con Valor Agregado de Carve. Ese porcentaje de certificación está más que nada concentrado ante el BPS y, en menor medida, ante el Banco de Seguros del Estado (BSE). “Entendemos la preocupación. Es un gran problema porque es un número extremamente alto”, acotó. Los frigoríficos le informaron a Mieres con un número importante de las certificaciones son por períodos inferiores a los 3 días. Esto eleva los costos, ya que el BPS realiza la cobertura del seguro por enfermedad desde el cuarto día, según Mieres. El subsidio por enfermedad cubre el 70% del ingreso de un trabajador. El BPS está actualmente ajustando los controles para tratar de reducir los porcentajes de certificaciones médicas a nivel general, ya que se lo considera elevado a nivel país. El Ministerio de Trabajo quedó de mantener una reunión con los directorios del BSE y el BPS para analizar la evolución de esta problemática.
La visión del sindicato
En diálogo con Informe Tardáguila, Martín Cardozo, presidente de la FOICA, dijo que había “puntos en los que estaba de acuerdo con Mieres y otros en lo que no tanto”. En primer lugar, precisó que “no es correcto” afirmar que los frigoríficos pagan por esos primeros 3 días de certificación, ya que ese beneficio no está incluido en el convenio colectivo del sector. “Es de orden, el ministro Pablo Mieres se comunicó oficialmente con nuestra dirección para disculparse sobre su mención en el programa Valor Agregado sobre el pago de las certificaciones en la industria frigorífica”, escribió la FOICA en un tuit este jueves.
“En una discusión a nivel gremial que la venimos dando”, reconoció Cardozo Añadió que el gremio tiene identificado a tres grupos de “faltadores”: el esporádico (falta 1 vez cada cinco meses, por ejemplo); el que tiene “justificación” porque está lesionado por algún tipo de lesión lumbar o muscular, por ejemplo, u otra patología como un cáncer; y el “faltador sistemático”, que es el que al otro día del cobro no viene, se da que hay que un fin de semana largo, o se ausenta un sábado o un lunes. “Todos los trabajadores dentro de las plantas sabemos quién es el faltador sistemático. Y ese es un paradigma de discusión para los sindicatos. El trabajador tiene que saber que una certificación no te salva de que puedas ser despedido o que la empresa tome alguna medida”, comentó Cardozo.
El presidente de la FOICA apuntó como uno de los responsables de esas altas tasas de ausentismo al régimen “perverso” y “beneficioso” a la vez del régimen a destajo que se aplica en la industria frigorífica. “Estamos convencidos que el destajo es una de las grandes causas del ausentismo laboral”, aseguró. Añadió que los frigoríficos encabezan desde hace más 10 años la tasa de accidentalidad osteomuscular (huesos, tendones, ligamentos, articulaciones y cartílagos), según datos del BSE. Cardozo considera que hay que atacar otros temas “más profundos”, más allá del comportamiento de ese “faltador sistemático”. Aseguró que las industrias han tomado medida frente a la actitud de esos obreros, y que los gremios “no están dispuestos tampoco a defender a un faltador” porque termina perjudicando sus propios compañeros por la duplicación de tareas en muchos casos, o reduciendo su ritmo de trabajo, algo que le pega en su propio salario.
El presidente de la FOICA puso el ejemplo de un acuerdo que se llegó con Frigorífico Carrasco (Minerva Foods) en 2017 por el cual el ausentismo logró reducirse del 25% al 5%. Ese acuerdo establece que cuando un trabajador encabeza la tasa de ausentismo, es notificado para que converse con el propio gremio de la planta. “Hay trabajadores que te dicen: ‘quiero que me echen’ o ‘necesito ayuda’. Ahí acordamos con la empresa y tratamos de ayudar en lo que necesite, ayuda psicológica, monetaria, etc”, explicó.
Otra cuestión que se da por la rotación de las plantas es que muchas veces los trabajadores optan por certificarse cuando ven que la actividad comienza a bajar o está próxima a cerrarse temporalmente. Esto porque con la certificación médica el obrero cobra el 70% de su salario sin perder licencia ni aguinaldo. En cambio, si va al seguro de paro, cobra el 50% de su ingreso y pierde licencia y aguinaldo. “Así como las empresas manejan su economía parando plantas o rotando otras, el trabajador también maneja su propia economía”, reconoció el presidente del gremio.
“Hay que ver el contexto. Tenemos muchos compañeros que transitan temas de adicciones, compañeras con violencia doméstica, contextos sociales difíciles, o que no tienen un mango para el boleto. Todas esas cosas hay que analizarlas profundamente”, opinó Cardozo.