Al cumplirse exactamente cuatro semanas de la suspensión de las exportaciones de carne vacuna de Brasil a China, la Administración General de Aduanas anunció que quedó habilitada nuevamente a partir del 23 de marzo.

El comunicado oficial de China expresa que “la Administración General de Aduanas otorga gran importancia a esto, realizó múltiples rondas de consultas técnicas con la parte brasileña y organizó a expertos para realizar una evaluación de riesgos sobre el sistema de control y prevención de la enfermedad de las vacas locas de Brasil. Después de la evaluación, el sistema de control y prevención de la enfermedad de las vacas locas de Brasil cumple con los requisitos sanitarios y de cuarentena pertinentes de China, y se decidió permitir que Brasil reanude la exportación de carne de res deshuesada de menos de 30 meses a China a partir del 23 de marzo de 2023.”

Esta vez la suspensión cumplió a rajatabla con lo que indica el protocolo entre ambos países y se extendió por cuatro semanas, ni un día más ni uno menos.

Brasil es el origen de cerca de la mitad de la carne vacuna exportada por China. Los otros dos principales proveedores son Argentina y Uruguay.

En la semana al 18 de marzo las exportaciones brasileñas de carne vacuna habían comenzado a reflejar la ausencia de los embarques a China. De acuerdo con información de la Secretaría de Comercio Exterior (Secex) de Brasil, se exportaron solo 22.380 toneladas a un ritmo diario de 4.476, lejos de las 8.428 toneladas diarias de los anteriores días hábiles de marzo, cuando los exportadores todavía estaban embarcando carne con fecha de producción anterior al 23 de febrero, cuando comenzó a regir la suspensión.

Durante la suspensión de Brasil el mercado chino no mostró grandes alteraciones, lo que daba a entender que los importadores no consideraban la posibilidad de que la medida rigiera por un período extenso como sucedió en 2021. En aquella oportunidad Brasil estuvo fuera de China por más de 100 días, lo que determinó un gran impacto sobre los precios en el primer semestre de 2022.

Dado que la suspensión de Brasil no determinó un impacto alcista sobre los precios de exportación a ese destino, parece poco probable que su regreso lleve a que las cotizaciones se vean presionadas a la baja.