Las importaciones chinas de carne vacuna se contraerían en 2023, impactadas fundamentalmente por la debilidad de la economía y por la incertidumbre en el sector HRI (hoteles, restoranes, institucional) causada por las actuales restricciones por el COVID-19, de acuerdo con las proyecciones de la oficina del USDA en Beijín, dadas a conocer ayer. La expectativa es que se importen 2,5 millones de toneladas equivalente carcasa, 600 mil toneladas menos (-19%) respecto al tope de 3,1 millones de toneladas proyectado para este año.
Además, se prevé que los altos precios internacionales de esta proteína este año y el próximo, así como las pérdidas sufridas por los importadores especulativos en 2022, también afecten los volúmenes de importación en 2023. En 2022, los importadores pagaron precios históricamente altos por la carne vacuna justo cuando los funcionarios de la República Popular China instituyeron bloqueos por COVID-19 en las principales ciudades y la economía se desaceleró.
La oficina del USDA agrega que en la primera mitad de 2022 los precios de importación de la carne vacuna aumentaron 37%, lo que provocó dificultades para muchos importadores. En la segunda mitad de 2022, las fuentes señalan que algunos importadores pueden decidir vender stock por debajo de su precio de compra para evitar costos de refrigeración y almacenamiento.
Si se confirma el pronóstico del USDA, sería el primer descenso en las importaciones anuales de carne vacuna por parte de China desde que comenzó la fuerte evolución alcista a principios de la década pasada.