A partir de la semana que viene algunas plantas comienzan la faena de animales procedentes de corrales de engorde que formarán parte de la cuota 481, la cual será menor que en los trimestres anteriores debido a una nueva reducción del cupo del que Uruguay puede participar. En la siguiente estarán comenzando otras y antes de culminar la primera quincena de noviembre ya estará prácticamente terminada, más allá de algún envío posterior que se pueda hacer por vía aérea.
La cuota 481 fue una de las grandes promotoras del desarrollo de la ganadería en el país en los últimos años. Su utilización repercutió en una significativa reducción de la edad de faena y en un aumento en el peso medio de las carcasas. Uruguay llegó a embarcar 16 mil toneladas anuales de cuota 481 (lejos por encima de las poco más de 6 mil de la tradicional cuota Hilton) en los ejercicios 2016/17 y 2017/18. Desde 2019/20 comenzó una gradual reducción del volumen total del que puede participar Uruguay que llevó a que en 2022/23 el volumen cayese a 8.362 toneladas, de acuerdo con cifras de la Comisión Europea. En grandes números, se embarcó la mitad que aquellos máximos. En divisas se pasó de cerca de US$ 150 millones de dólares de ingreso por esta cuota a unos US$ 75 millones.
Y el volumen seguirá cayendo, porque a partir del trimestre que comienza en enero el tonelaje total del que Uruguay puede participar se reduce en 600 toneladas trimestrales a 3.700 toneladas. Son en el entorno de 7 mil novillos menos por trimestre (producidos principalmente en Uruguay y Argentina), aunque dependerá de la cantidad de cortes a ser incluidos en la cuota. En Anuga la semana pasada un importador italiano comentó que, en su caso, van a quitar algunos de los cortes de menor valor y dejar la cuota para los más caros.
Fuentes de la industria y de los corrales consultadas coincidieron en que para la ventana que se apresta a comenzar la producción va a bajar. Las causas de la contracción pasan tanto por el lado del menor volumen de cuota como por la oferta. Los números de los corrales no han sido buenos y la industria no tiene la posibilidad de darles la certidumbre necesaria como para aumentar la cantidad de animales encerrados. “Tenemos poco poder de convencimiento”, comentó un industrial. Desde los corrales, una fuente dijo que la industria no solicitó reducir la producción para esta ventana, sino que esto se dio de hecho por los números negativos del sector.
En definitiva, una herramienta que fue clave para el desarrollo de la ganadería va perdiendo relevancia y lo seguirá haciendo hasta 2026, cuando el cupo trimestral se estabilice en 2.500 toneladas. Si Uruguay mantiene la proporción actual, serán menos de 5.000 toneladas en el año, volumen inferior al de la cuota Hilton.
Para encontrarle un ángulo positivo a la reducción de la cuota (que, no cabe dudas, es una mala noticia para el país), la “distracción” de la industria por la producción de cuota, que baja la demanda por animales de campo, será más corta que antes.