Desde Texas, Estados Unidos

Una de las diferencias que más rompe los ojos entre los sistemas de producción en Estados Unidos y Uruguay es el de los seguros. “El tema de los seguros en la agricultura les da mucha tranquilidad a los productores. Se pueden preparar para sembrar y, si no lo pueden hacer, el seguro los cubre por 75-80% de lo que rendiría ese cultivo. Incluso pueden devolver los insumos donde los compraron. Se podría decir que son subsidios enmascarados con el nombre de los seguros”, afirmó Pierre Anciaux, productor de Paysandú, quien está formando parte de la gira ganadera organizada por la Agropecuaria de Dolores por el estado de Texas, Estado Unidos.

Anciaux diferenció lo que se vio en los distintos establecimientos visitados. “Hemos visto gente que no vive realmente de la ganadería, lo tiene como una actividad extra y no le pone las pilas que les podrían poner. Se produce de forma muy tranquila”.

Para el productor sanducero, en esos predios “se podrían usar muchas más herramientas productivas como las que nosotros usamos en Uruguay. Eso da a entender que no tienen necesidad de obtener un número mayor del que están obteniendo. En varios establecimientos que vimos trabajan con cargas bajas, extracciones y preñeces bajas, usando razas que no son las más apropiadas para la zona, porque tienen un enorme problema con las moscas. Incluso fumigan con avión en el intento de controlar la mosca. No le dan la importancia que le damos nosotros en Uruguay”.

Por otro lado, Anciaux dijo que “también observamos predios de punta, en especial cabañas que están a la vanguardia y poniendo todo lo mejor para obtener buenos resultados, más allá de que vivan o no de lo que sacan del predio”.

Anciaux es productor agrícola ganadero. Hace ciclo completo, pero además compra ganado para llevar al corral. “Lo bueno de este negocio es que, llegado el momento, se puede definir cuál es la mejor opción. Muchas veces hay que salirse un poco del esquema y ver cuál es la alternativa más rentable en ese momento, aunque quizás haya que dejar los corrales vacíos 5 o 6 meses y vender toda la recría, y ver cómo está el mercado de la carne el año siguiente”.

Respecto al negocio del corral, Anciauex dijo que “estamos con precios magros, con un breakeven muy cercano, pero con un aspecto positivo que es que tenemos mucha comida barata. Desde mi punto de vista quizás no sea muy rentable ponerle ese alimento a un animal grande, sino más bien a categorías chicas que comerían la tercera o cuarta parte y son más eficientes”.