El frenético ritmo de actividad de la industria frigorífica en los últimos meses repercutirá en el rodeo vacuno, estimándose que sufrirá una caída del entorno de las 400 mil cabezas.
Aunque faltan todavía cinco meses para culminar el ejercicio 2021/22, teniendo en cuenta lo que ha sido el ritmo de faena en lo que va del mismo y las expectativas para el resto del primer semestre de 2022, la expectativa es que ingresen a planta en el período alrededor de 2,7 millones de vacunos. No solamente creció la faena, la exportación de ganado en pie también ha ganado impulso en el último año, estimándose que el ejercicio culminará con unas 250-260 mil cabezas que salgan vivas por la frontera.
A esta extracción hay que agregarle la mortandad y la faena predial, y da una salida de algo menos de 3,3 millones de cabezas.
Es claro que desde el lado de los ingresos —la nueva generación de terneros— no se podrá compensar esa salida. La pasada parición, de acuerdo con el rodeo de cría —con leve caída respecto a 2020— y la tasa de preñez del Taller de INIA —levemente superior— sería similar a la de la primavera de 2020. Por lo tanto, los terneros contabilizados a mediados de este año deberían ser un número parecido a los del pasado, unos 2,88 millones.
Tomando el dato provisorio de existencias ganaderas al 30 de junio de 2021 —el definitivo recién se dará a conocer en marzo— había en el país 11,83 millones de vacunos. Con un saldo negativo entre egresos e ingresos de unas 400 mil cabezas, al 30 de junio próximo con seguridad haya algo más de 11,4 millones de vacunos en el país. Un descenso relativamente importante, pero un impacto que el sistema lo puede absorber sin resentirse.
Esta cantidad de vacunos equipara los que había en 2019 y supera a los de 2018. Pero, si el ritmo de faena sigue siendo muy intenso en 2022/23 y se produjese una caída similar en las existencias vacunas, se podría caer por debajo de los 11 millones de cabezas, algo que no sucede desde el año 2001.