Desde que alcanzó los máximos en 2016, el rodeo vacuno de Nueva Zelanda ha ido disminuyendo muy gradualmente y se espera que esto continúe en 2023. Esto se debe en gran parte a las políticas asociadas con la exclusión de vías fluviales, las restricciones de pastoreo, la lixiviación de nitrógeno y la fijación de precios a las emisiones agrícolas, factores que impactan en el sector e impulsan algunos cambios en el uso de la tierra de la ganadería a la silvicultura, dijo la oficina del USDA en Wellington.
El pronóstico es de una faena de ganado adulto ligeramente menor en 2023, aunque se espera que aumente el sacrificio de terneros. También se pronostica que la producción y las exportaciones totales de carne vacuna disminuirán ligeramente.
De todas formas, el volumen exportado será elevado como consecuencia del optimismo presente en la industria después de la pandemia, además de un dólar neozelandés débil, una logística mejorada, así como el fortalecimiento esperado de la demanda de importación en los Estados Unidos y China.
FAS/Wellington pronostica exportaciones de carne en 2023 por 640.000 toneladas peso carcasa, alrededor de 2% menos que en 2022 como resultado de la reducción de la producción. Sin embargo, la proyección es 10.000 toneladas superior a la publicada en enero.