En 2023, la oficina del USDA en Ankara proyecta que las importaciones de vacunos por parte de Turquía aumentarán a 280 000 cabezas, más del doble que el año anterior. Sin embargo, esta proyección está significativamente por debajo de las 500,000 cabezas que la Junta de Carne y Leche (ESK) está autorizada a comprar, porque la oficina del USDA entiende que los suministros globales disponibles para la importación de ganado son bastante ajustados. De acuerdo con las tendencias históricas, la mayoría de este ganado importado será ganado de engorde para la producción de carne. A partir de febrero de este año, Turquía comenzó a importar ganado para faena de la República Checa, Hungría, Rumania, Eslovaquia y Francia.

Los precios de la carne y la leche en Turquía se dispararon el último año.A principios de abril, los precios de la carne picada casi se habían triplicado con respecto al mismo mes del año anterior.La carne picada en las cadenas de descuento locales se vende a unos 290 TL/kg (15 USD/kg).

Los precios más altos de los productos lácteos y cárnicos, y la inflación en general, están provocando que los consumidores más susceptibles a los altos precios recurran a opciones de proteínas más baratas, como el pollo.

A principios de febrero, con miles de cabezas de ganado pereciendo en los terremotos en el sureste de Turquía, los precios minoristas de la carne vacuna se dispararon hasta 100% en muchas partes del país. El gobierno culpó de los precios más altos a los comerciantes especulativos. Según la Asociación de Productores de Carne, el 20 por ciento de la carne vacuna de Turquía se produce en las 11 provincias afectadas por el terremoto.

Dado que los precios de los alimentos representan la mayor parte de la inflación general, el gobierno ha introducido diferentes medidas en los últimos años para reducirlos. Entre estas diversas intervenciones, el gobierno recortó el impuesto al valor agregado (IVA) sobre los alimentos, eliminó los aranceles de importación de granos, detuvo las exportaciones de ciertos productos agrícolas y autorizó temporalmente las importaciones de ganado vacuno y de engorde. Además, para mantener bajos los precios, el gobierno supuestamente presionó a los productores de ganado para que no aumentaran los precios de venta en medio del aumento de los costos de los insumos. En respuesta, los productores se quejaron de que ya estaban perdiendo dinero debido a que sus precios de venta eran demasiado bajos y pidieron apoyo adicional al gobierno.

Con el fin de evitar aumentos importantes en los precios de la leche y la carne antes de las elecciones generales y antes del mes de Ramadán, el Ministerio Agropecuario y Forestal (MinAF) autorizó a la estatal Junta de la Carne y la Leche (ESK) a intervenir en los mercados, mediante la importación de 500.000 cabezas de ganado y 85.000 toneladas de carne este año. Desde la perspectiva de la oficina del USDA en Ankara, estas cantidades son demasiado pequeñas para hacer mella en los precios locales de la carne.