Por Rafael Tardáguila - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

El analista argentino Ignacio Iriarte dio su punto de vista sobre la explosión de los precios de la hacienda en su país.

¿Cuáles son los motivos de la fuerte escalada en los precios de la hacienda en las últimas semanas?

La industria frigorífica comenzó el año con un alto nivel de actividad. La faena de enero fue 22% superior a la de 2022 y fue la mayor de los últimos cinco eneros. Pero el fuerte de ese crecimiento se dio en los primeros 20 días del mes y luego, con lluvias que mejoraron la situación forrajera en algunas regiones del país, la oferta se redujo y los precios pegaron un salto.

La industria estaba lanzada en un ritmo alto de faena y se encontró con un faltante que nadie esperaba. La industria tenía menores precios de exportación que 9-10 meses atrás, tipo de cambio atrasado y un consumo doméstico cada vez peor. La idea era que cuando lloviera iban a subir los precios, pero lo que pasó fue algo extraordinario, porque ha llovido, pero 50% del stock ganadero está todavía en una situación muy difícil. Lo que sorprende es que semejante salto en los precios se haya dado con lluvias muy parciales.

Luego sucedió algo que es muy común en Argentina, que es que en el corto plazo los precios suben porque el productor o el feedlotero retienen a la espera de que se llegue al techo.

Hoy está pasando algo que está cambiando las cosas, y es que, aunque el costo de la alimentación sigue muy alto, la suba de precios es tan importante que ya se puede decir algo impensado unas semanas atrás, que es que el costo de ganar un kilo dentro de los corrales —unos 450 pesos argentinos— es inferior al valor de mercado de cualquier novillo, que hoy es del orden de los 500 pesos.

Lo que llama la atención en Argentina es que de octubre a enero, cuatro meses de intensa sequía, la oferta de hacienda gorda fue relativamente abundante, lo que nos está haciendo pensar que no era una oferta que llegaba solamente desde los corrales —que estaban perdiendo muchísimo dinero—, sino que los productores ganaderos en los últimos años hicieron mucho más reservas, al volverse mucho más intensivos; tienen grano propio, silo de pradera, porque sino no se puede entender cómo en condiciones muy malas se siguió sosteniendo la oferta de gordo.

¿La tendencia abarca a todas las categorías de la misma forma?

Esta suba de precios del ganado para faena no ha sido acompañada por el precio de la invernada. Estamos esperando a ver qué pasa, pero la expectativa es que haya un adelanto de la oferta de invernada, con muchos más remates y animales más livianos.

En el año a enero, con una inflación de 100%, las categorías que subieron en la misma proporción que la inflación fueron el novillo y el novillito, además de la vaca gorda. La vaca conserva está a poco de haber aumentado igual que la inflación, así como también el novillo Hilton.

Lo que no subió en la misma proporción que la inflación es la invernada, porque se rige por otras variables. Empieza a haber más oferta y, si bien subió el gordo, está el problema que el invernador pastoril (el grueso de la demanda) en la mayoría de los casos todavía no recuperó su capacidad forrajera.

En las zonas donde llovió, se cortó la oferta de gordo y también de invernada.

¿Cómo observa a Argentina en el contexto internacional tras esta suba de precios?

La industria frigorífica exportadora está en la etapa del estupor, ve que va a tener menos hacienda disponible en los próximos meses, ve que está con estructuras muy pesadas, porque viene de años en los que se trabajó mucho y se exportó mucho. Hay unas 40 fábricas en Argentina que son las exportadoras y que suponen el 35-40% de la faena que son el factor dinámico del sector. Cuando en marzo-abril de 2022 se llegó a los precios máximos de la historia desde 1959 en términos reales, el protagonista fue la exportación y dentro de esta China.

Ahora, con este novillo de US$ 4,50-4,60 en gancho, Argentina se ubica muy por encima de Brasil y Uruguay.

Los exportadores tienen un mercado del Hilton muy mejorado debido básicamente a la menor oferta de Argentina. En la exportación a China recuperaron US$ 500 de los US$ 2.000 que se habían perdido en los meses anteriores, con tendencia firme y visión muy optimista para lo que se vendrá. Pero más allá de estas mejoras, los números no dan, la industria está en rojo con estos valores de la hacienda, fuertemente desalineada con el resto del mundo.

¿Cuáles son las expectativas de oferta de hacienda a faena en 2023?

Lo que se ve para los próximos meses es mucho faltante de maíz y fuerte competencia del pollo y del cerdo por el grano. En esa puja el feedlot está en condiciones inferiores.

Sin embargo, el nivel de ocupación de los feedlots es alto. En la última publicación del Senasa informan de 1,58 millones de cabezas en los corrales, un número superior al del año pasado. Para esta época se especulaba que habría 1,3-1,4 millones, pero la seca llevó a una ocupación más alta.

¿La suba de los precios en un año electoral, y teniendo en cuenta los antecedentes intervencionistas del gobierno en las ventas al exterior, pueden motivar nuevas medidas restrictivas a las exportaciones?

Entre los fantasmas que aparecen por ahora no aparece el de la intervención oficial. Dieron una reducción del 10% en los precios de venta de la carne en carnicerías cuando la compra se hace con tarjeta de débito, pero el impacto va a ser mínimo, porque 70% de la carne en Argentina se vende en carnicerías y la mayoría no tienen pos-net. En los 10-15 días posteriores a que se anunció la medida, los precios siguieron subiendo.

Hoy la información que hay es que el gobierno no va a hacer nada más que rogar que la tendencia no siga. Por la ponderación del precio de la carne, la ilusión que tenía el gobierno de llevar la inflación de 5% mensual a 3% no se va a dar; más bien se está pensando que se va a acercar a 5,5% o 6%. Es un golpe a los sueños de Massa (el ministro de Economía) de bajar la inflación y, probablemente, a su carrera política.

En su momento se habló de un “dólar carne”, con el mismo formato del “dólar soja”, pero mi visión es que no hay stocks de carne en cámara que justifiquen una medida de este tipo, entonces no se estaría incentivando mayores ventas al exterior.