El pasado viernes 10 de marzo culminó la Feria Foodex en Tokyo, Japón. Durante los cuatro días de feria asistieron 74 mil personas, una cantidad que más que duplica la asistencia del año anterior. La cifra de 2022 se vio severamente afectada por las restricciones a los viajes internacionales impuestas por Japón durante la pandemia. En la medida que las mismas se flexibilizaron parcialmente, fue notoria la intención de los actores de retornar a la arena comercial.
INAC asistió a la feria Foodex por quinta edición consecutiva, manteniendo incluso su presencia durante la pandemia. Asimismo, este año también participó de la feria Supermarkets Trade Show, organizada por la asociación de supermercados de Japón y orientada especialmente a ese segmento. En materia de relacionamiento oficial entre Japón y Uruguay es pertinente mencionar la misión del presidente de la República Luis Lacalle Pou en octubre de 2022 y las celebracionesl del centenario de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones en 2021, indicó el INAC.
A finales del año pasado, Uruguay solicitó la adhesión al Acuerdo Transpacífico (CPTPP), bloque en el cual Japón es miembro y representa 40% del PIB del mismo. Esta sintonía entre ambas naciones a nivel público y privado se manifestó en la degustación realizada el 7 de marzo en el hotel ANA Intercontinental. En dicha ocasión hicieron uso de la palabra Maki Kobayashi, directora general para América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón, la Embajadora de Uruguay en Japón Victoria Francolino y el presidente de INAC Conrado Ferber. Tanto a nivel de los discursos de las autoridades como en el diálogo informal se enfatizó en la buena relación entre ambas partes y en el deseo de continuar construyendo confianza y profundizando los vínculos.
Durante la feria la delegación de INAC mantuvo diversas reuniones. A nivel institucional, se recibió a Agriculture Livestock Industries Corporation (ALIC). Esta organización es el par de INAC en Japón. Adicionalmente, se mantuvo reuniones con agencias de marketing y de estudio de mercado para poder conocer más en profundidad al consumidor japones. Finalmente, también se intercambió actores del sector privado japonés: importadores y usuarios finales del producto uruguayo.
Existe satisfacción con la calidad de la carne uruguaya y se tiene una mirada optimista respecto a la posibilidad de intensificar la importación de lengua, producto habilitado sanitariamente hace pocos meses. Asimismo, se manifestó interés respecto a carne ovina, un producto para el cual no hay actualmente habilitación sanitaria. La importación de carne ovina de Japón es un mercado de casi US$ 250 millones anuales que crece 7% al año.
En el relacionamiento con los agentes privados que trabajan con nuestros productos se identifica que la calidad del producto es su principal fortaleza. Asimismo, la comunicación de sus características productivas permite tener estrategias de comunicación positivas con los consumidores japoneses. Por otro lado, el punto débil de la propuesta uruguaya es su desventaja arancelaria. Actualmente la brecha arancelaria es de 15 puntos porcentuales entre Uruguay y los competidores incumbentes: Estados Unidos, Australia, Canadá Nueva Zelanda y México. Esta brecha podría aumentar hasta 30 puntos porcentuales en 2033 si Uruguay no logra concretar ningún acuerdo comercial con Japón. Esta desventaja se eliminaría si Uruguay ingresa al Acuerdo Transpacífico.
Japón es el tercer mayor importador de carne bovina del mundo. Sus precios son elevados y la volatilidad de los mismos es muy reducida. Adicionalmente, es el primer mercado de importación de lenguas bovinas. En esta menudencia Japón es responsable de dos tercios del comercio internacional y además ofrece los mejores precios. A nivel de coyuntura de mercado, se miran los próximos meses con incertidumbre: por un lado, se espera una recuperación de la oferta australiana, aunque por otro podría verse una contracción en las exportaciones de Estados Unidos. Estos dos países tienen 90% del mercado de carne bovina importada japonés y las importaciones son en total 60% del consumo total japonés. En consecuencia, lo que suceda en estos dos exportadores tendrá efecto sustantivo en el mercado nipón. Fuente: INAC