El mercado del ganado para faena tuvo un cambio radical a partir del martes de esta semana. La demanda se redujo drásticamente, con varias plantas que decidieron suspender actividades por al menos un par de semanas y otras que redujeron los días de faena.
La razón es estrictamente de mercado. La industria observa un mercado internacional más flojo y presionando los precios a la baja, a la vez que, fruto de la escasez de oferta, la plaza local estaba muy firme y en alza, retornando a los picos históricos de precios que se habían alcanzado a principios de mayo, próximos a los US$ 5,60 el kilo carcasa para los novillos especiales de pradera.
El parate de la demanda se da cuando se supone que la oferta es la más reducida del año. La expectativa es que a partir de la segunda quincena de julio comience a salir una mayor cantidad de animales de corral, incluyendo la ventana de cuota 481 de carne que estará ingresando al mercado europeo a partir del 1º de octubre. Se trata en la mayoría de los casos de animales ya comprados o que son de la propia industria, por lo que disminuye la demanda por ganado de campo y suele darse un afloje en los precios.
La expectativa de la demanda, entonces, es transitar estos primeros 20 días de julio con una faena mucho más reducida —seguramente próximo a las 35 mil cabezas semanales— y aumentar el ritmo una vez aparezca esa mayor oferta de los corrales. Estos están con capacidad prácticamente colmada y esa oferta irá saliendo a partir de fines de julio hasta setiembre.
El precio del ganado a faena en Uruguay lucía claramente recalentado, tanto en la comparación con el valor medio de exportación como respecto a los precios de los demás países exportadores. En 13 de las últimas 17 semanas el precio medio del novillo se ubicó por encima del valor medio de exportación de la carne vacuna, una relación que no se sostendrá en el mediano plazo. A su vez, el precio del novillo en Uruguay era más de US$ 1,40 el kilo carcasa superior al del promedio regional (el Índice Faxcarne del Novillo Mercosur), cuando la diferencia promedio desde 2019 es de un premio de US$ 64 centavos. Ese gap respecto al precio regional tampoco es sostenible en el mediano plazo.
Por lo tanto, la corrección a la baja en los precios del gordo tiene bases sólidas. Pero, más allá de ello, las condiciones del mercado internacional siguen siendo estructuralmente firmes. Los precios bajarán, pero seguirán siendo altos.