La mínima oferta de ganado para faena luego de que las precipitaciones comenzaron a generalizarse 10 días atrás es el principal factor determinando la evolución del mercado. Aunque la demanda intenta posicionarse un escalón por debajo, su intención de reducir los precios de compra no se está consiguiendo.

“En estos momentos hay muy poca presión de oferta”, dijo un consignatario consultado en la tarde de ayer, quien agregó que “hay muy poca oferta y es pretensiosa”. Por lo tanto, el posicionamiento un escalón más abajo en los precios de compra que intentó la industria sobre mediados de la semana pasada no logró el efecto deseado. Los precios de punta que se alcanzaron hasta la semana pasada no se logran en la actualidad (US$ 4,25-4,30 el kilo carcasa), pero estos eran negocios puntuales, por lo que no llegaron a ser referencias de mercado. Hoy, un lote de novillos especiales se paga a US$ 4,15 el kilo carcasa, la misma referencia de la semana pasada. A su vez, novillos gordos, pero más livianos y generales, logran precios algo superiores a los de la semana pasada con una base de US$ 4,00.

En el caso de las vacas, las pesadas alcanzan valores que se ubican por encima de la semana pasada, unos US$ 3,90 el kilo carcasa. La industria está comprando vacas de invernada por las que paga unos US$ 3,20-3,30 el kilo carcasa, referencias que se ubican por encima de lo que se estaban pagando hasta el momento en negocios para al campo, en el eje de US$ 1,45-1,47 el kilo en pie.

A pesar del cierre de algunas plantas y de la menor actividad que siempre se da en la semana de Pascuas, las entradas están cortas, en general a una semana o para principios de la siguiente.

La expectativa es que la faena se contraiga, más allá de que hay productores que siguen con la necesidad de aliviar la carga de los campos. Por el momento, las condiciones indican una mayor probabilidad de que la demanda no logre su propósito de reducir los precios de compra.