“El mercado está firme porque estamos en un impasse de 20 días en los que la industria está sin el volumen de ganado de corral que precisa para completar la faena”, dijo a Informe Tardáguila Arturo Aramburu, del escritorio Aramburu. Esto llevó a los frigoríficos a demandar más ganado de campo, el cual sigue escaseando, tal como ha sido la característica durante todo el año, agregó.

En este contexto los precios de venta se afirmaron. “Hay industrias que pusieron 10-20 centavos más que lo que estaban pasando antes, con el objetivo de hacerse de ganados puntuales, a la vez que hay otras con convenios, o con ganados propios, que los lleva a tener otro colchón que les permite no subir tanto los precios”.

Aramburu dijo que los novillos de punta, de 550 kilos, bien terminados —“que son muy difíciles de conseguir”— se pagan a US$ 4,00 el kilo, con una flecha para arriba si es un volumen importante, en tanto que novillos de 500 kilos, siempre bien terminados, se venden a US$ 3,90-3,95.

Consultado sobre la disposición de la oferta a aceptar estos precios, el integrante del escritorio duraznense dijo que la disposición es vender. “Si los precios los hubieran planchado a US$ 4,00 cuando la industria intentó la baja a US$ 3,70, a principios de setiembre, el productor se hubiera puesto a producir y algo más de ganado hubiera aparecido”, arriesgó el consignatario.

Las entradas a planta se manejan en el eje de una semana.

Respecto al mercado de las vacas, Aramburu dijo que se pagan entre US$ 3,70 y US$ 3,85 el kilo carcasa, esta última referencia para carcasas que den 240-250 kilos de carne. No todas las industrias manejan este precio de punta.

Respecto a las expectativas para el mercado en las próximas 2-3 semanas, el consignatario dijo que dependerá de qué pasa con la cuota 481. “Para mi la oferta no va a aparecer hasta que se cierren los verdeos, de noviembre en adelante”, vaticinó. “El productor hoy está pensando en comerse lo que tenga y le va a agregar al ganado todos los kilos que se les pueda meter”.