El ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Fernando Mattos, realizó en su discurso de cierre en la Expo Prado un repaso de las medidas que instrumentó el gobierno por la última emergencia agropecuaria, dio su visión sobre el atraso cambiario, la “preocupación” que genera el negocio entre Marfrig y Minerva, y la necesidad de avanzar con el riego, entre otros puntos.
El jerarca comenzó su alocución marcando el claro contraste que se dio entre los años 2022 y 2023. Este último jaqueado por un “quebranto productivo. La sequía nos puso en una situación compleja”, indicó. Además, marcó que durante este año no solo el agro produjo menos, sino que también se dio una caída pronunciada en los principales bienes de la producción agropecuaria. “Hubo un compromiso de este gobierno de ayudar al sector agropecuario”, pese que “no hay recursos suficientes” que puedan paliar los efectos de una sequía. Informó que en total se atendieron a 13.500 productores familiares y se brindó asistencia financiera mediante República Microfinanzas (BROU) por más de US$ 40 millones.
Mattos anunció que, si bien la emergencia culmina el próximo 23 de setiembre, “entendemos que es conveniente extenderla. Se necesita continuar la asistencia a los productores en este contexto".
El dólar, un “tema complejo”
“El dólar es un tema complejo, que no estamos involucrados directamente, pero que tenemos preocupación por el impacto de nuestra actividad y rentabilidad en las empresas”, reconoció Mattos en su discurso. El ministro dijo que la prioridad del gobierno ha sido “el combate a la inflación” con una política “exitosa”, que redujo a 4,1% el ritmo de aumento de precios el último año, su nivel más bajo en casi dos décadas. Mattos repasó otros logros de la política económica como la mejor calificación crediticia de su historia, la baja del riesgo país o la llegada de una inversión extranjera récord de US$ 11.000 millones y una reinversión del 40% de las utilidades.
“No lo fuimos, no lo somos, y no será un país barato”, afirmó Mattos.
El titular del MGAP comentó que durante el 2022 el país recibió US$ 20.000 millones por concepto de exportaciones de bienes y servicios, incluyendo unos US$ 3.000 millones de servicios no tradicionales.
En tanto, Mattos defendió la política fiscal del gobierno y dijo que sido una “gran meta”. Recordó que la pandemia le costó al país unos US$ 2.100 millones y la última sequía otra resignación millonaria de ingresos para la caja del Estado. El jerarca llamó a diferenciar el déficit fiscal estructural versus el observado, ya que este último contempla egresos extraordinarios.
“Preocupa” concentración de Minerva
El ministro de Ganadería dijo que su cartera y el gobierno ve con “enorme preocupación” el anuncio de venta de activos de Marfrig a manos de su competidor Minerva en Uruguay. De todas formas, recordó que el país ha basado su credibilidad a la hora de buscar inversiones del exterior en su estabilidad jurídica, un activo que no debe olivarse. Además, precisó que el Poder Ejecutivo aguardará por lo que defina la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia (Coprodec) para tomar una definición al respecto.
En otro pasaje de su discurso, el ministro cuestionó la regla del “castigo y el empate” que quiere imponer Europa sobre el cuidado del medioambiente. Consideró que lo justo sería una regla de “castigo” y “premio”, ya que hoy Uruguay no tienen ningún premio. “En la deforestación, Uruguay cumpliría con creces”, aseveró el jerarca.
“No podemos permitir pasivamente que se nos acuse de ser los causantes del cambio climático. Como dijo un jurado en la Expo: ‘No nos tenemos que sentir culpables de lo que hacemos, sino orgullos y con responsabilidad’”, añadió.
En otro parte, habló el ministro habló sobre avances en materia de apertura comercial como el sorgo a China, la carne ovina y vacuna a México, o los lácteos y la miel a Arabia Saudita, por citar algunos ejemplos.
Por último, consideró que la próxima sequía no puede agarrar al país en las mismas condiciones que la última. En ese contexto, se mostró preocupado porque apenas hoy el 2% del área agrícola está bajo riego. Dijo que, si bien es un tema multicausal, es necesario revisar esa política. Por ejemplo, señaló que los beneficios impositivos que otorga la Ley de Inversiones (Comap) solo abarca a los productores que tributan IRAE, pero excluye a aquellos que pagan Imeba (los más pequeños). Dijo que hay mucho para hacer como aprovechar el agua dulce que hoy no se utilizada del río Uruguay o del propio Río de la Plata para regar, por ejemplo, la producción frutihortícola de la zona metropolitana.