El domingo se definirá quién será el presidente argentino por los próximos cuatro años, entre el actual ministro de Economía, Sergio Massa, candidato del gobierno que presiden Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, y un candidato ultraliberal llegado hace apenas dos años a la política, Javier Milei, economista y de expresiones furibundas y controvertidas.
El domingo pasado ambos mantuvieron un debate abierto en el que claramente resultó triunfador el candidato oficial, que en vez de verse complicado explicando cómo va a resolver los problemas que desde que llegó al Ministerio hace un año han empeorado (inflación del 142% anual, más de 40% de pobreza, caída de las exportaciones, déficit del Banco Central, múltiples tipos de cambio, etc.), tendió a acorralar a su rival por algunas de sus promesas de campaña (dolarización de la economía, quita de subsidios, etc.) y cuestiones personales.
No obstante, algunos politólogos opinan que la pericia por momentos sádica de Massa en el debate podría inclinar la elección hacia Milei, por una especie de identificación con la "gente común" del electorado victimizada por los políticos profesionales.
Más allá de esto y de las encuestas, poco confiables y que en general encuentran más o menos pareja la relación de fuerzas, se conoció estos días parte del equipo que está armando el área de Bioeconomía del partido de Milei, gente ligada al sector agropecuario desde la academia, las empresas y/o instituciones sectoriales. Si bien las decisiones finales, en caso de que triunfe el partido La Libertad Avanza, dependerán del ministro de Economía —que aún no se anunció—, la propuesta del área bioeconómica supone una eliminación inmediata de las retenciones a todos los sectores, excepto soja, maíz y trigo (que sería gradual y tal vez a cuenta de impuestos), así como de las intervenciones al comercio exterior. De esa manera, la exportación de carne quedaría liberada del 9% de derechos de exportación que tributa actualmente, así como de los cupos de exportación y de la obligación de dejar siete cortes en el mercado interno. Más allá de esto, se vería beneficiada por medidas macroeconómicas, como la unificación cambiaria (hoy, los dólares libres cotizan alrededor de dos veces y media por encima del tipo de cambio oficial).