La faena de vacunos en las últimas semanas ha sido muy elevada. En noviembre la actividad fue récord para ese mes, dato que se conocerá el próximo lunes. Hay algunos factores que ayudan a explicar este récord que, probablemente, no se repitan el año próximo, lo que está llevando a la industria a manejar opciones que “tienten” al sector de los corrales a elevar la cantidad de animales encerrados de manera de mantener un nivel de oferta que ayude a paliar descensos que se prevén en otras categorías.
La explosión en la producción de forraje en la segunda mitad de la primavera permitió la terminación de una cantidad importante de animales. Además, los productores, ante los bajos precios ofrecidos por la demanda, en general optaron por seguirle agregando kilos “baratos”, en base a esa cantidad de forraje disponible, lo que hizo crecer a niveles récord los pesos de faena. Este es uno de los factores que ayudó al incremento de la oferta en las actuales semanas.
Otro es la disponibilidad de vacas falladas en el último entore, muchas de las cuales pasaron a las invernadas y quedaron disponibles para faena. Entre agosto y noviembre se faenaron unas 340 mil vacas, un aumento de 46% (más de 100 mil cabezas) comparado con el mismo cuatrimestre de 2022.
Año Niño mediante, la disponibilidad de vacas falladas en el próximo entore seguramente caiga de forma considerable. Si los precios de los terneros en zafra son atractivos, quedará una elevada proporción de vientres en el rodeo de cría. Y los precios de los terneros deberían mantenerse en niveles relativamente elevados en la comparación con el gordo, dado que la generación 2023 es relativamente chica (seguramente en el entorno de 2,5 millones de cabezas) y la expectativa es que la exportación en pie mantenga buenos niveles de demanda en 2024.
Por lo tanto, la disponibilidad de vientres a faena debería disminuir, evitando así que el país ingrese en una fase de liquidación de existencias que sería muy nociva.
A su vez, la disponibilidad de novillos con más dentición, aunque aumentó, lo hizo de forma moderada. Los novillos de más de 3 años el 30 de junio pasado eran 394 mil, 45 mil más que el mismo día del año anterior, pero manteniéndose por debajo de las 400 mil cabezas, piso que se perforó por primera vez en 2021.
Por lo tanto, la faena el año que viene recaerá fundamentalmente en novilladas jóvenes y es allí donde los corrales de engorde juegan un papel clave. Vista esta situación, desde la industria comenzaron a dar “señales” que ayudan a los feedloteros a tomar la decisión de encerrar más animales. En algunos casos se ofrece un precio piso, en otros se realizaron negocios a precio fijo. Con precios del alimento animal más en cuenta (cebada forrajera, subproductos) y una certeza mayor en cuanto al precio de venta, se llega al número al que se debe comprar el animal de reposición para lograr un margen en el negocio. Las referencias actuales del novillo formado, de US$ 1,70-1,75 el kilo, hacen más viable el negocio con precios de venta en el eje de US$ 3,60 a la carne, como los que empezó a garantizar la industria.
Esto llevará a que en el año próximo se retome la tendencia a la disminución de la edad de faena de los novillos y a que una mayor proporción llegue desde los corrales de engorde.