Los cultivos de verano en la zona agrícola núcleo están en buen estado, pero es crucial que se confirmen los pronósticos de lluvias previstos para esta semana, porque de lo contrario comenzarían a verse impactados negativamente.

“Es fundamental que no se erre esta agua”, comentó a Informe Tardáguila Andrés Alayón, vicepresidente de la Agropecuaria de Dolores. Esa región del país no es de la que está pasando peor por el déficit hídrico —zonas de San José, como Libertad, están en una situación mucho más preocupante— pero es esencial que llueva pronto.

El agricultor dijo que en la región de Dolores la última buena agua fue en Navidad, dado que en el fin de semana de Año Nuevo —cuando se dieron registros importantes en otras regiones del país— llovieron unos pocos milímetros.

La soja de primera viene evolucionando de muy buena manera y está el fresco recuerdo del año pasado, cuando la situación hasta la primera quincena de enero era muy preocupante pero luego comenzó a llover y se lograron excelentes rendimientos que permitieron aprovechar los altos precios de la oleaginosa en el mercado internacional. Los maíces de primera también están en buen estado, pero están algo más afectados. “No están con el potencial óptimo”, dijo Alayón.

En un 70% la siembra de maíz fue de segunda, cultivo que por el momento transita por las primeras etapas de desarrollo, con siembras a partir de mediados de diciembre. La expectativa es que haya buena demanda por este producto, tanto desde los encierros como desde los tambos, más allá de que los corrales están con menor cantidad de animales que al cierre de 2022. La lectura es que el déficit hídrico impactará en la producción de forraje, por lo que se necesitarán granos forrajeros para la alimentación animal.

El área de cultivos de verano en la presente zafra aumentó nuevamente, como suele ocurrir cuando se logran buenos resultados económicos en el ejercicio anterior. Se estima que hay alrededor de 1,1 millones de hectáreas de soja, unas 100 mil más que el año pasado.