El presidente de la Federación Rural (FR), Martín Uría, valora la respuesta y el accionar del gobierno por la sequía, está preocupado por el efecto de concentración que genera la venta de BPU a Minerva y marcó las prioridades donde espera que en 2023 puedan surgir avances. A continuación, la entrevista que mantuvo con Negocios Rurales.
¿Cómo evalúa hoy la situación de la sequía y el accionar del gobierno para mitigar sus efectos?
En la Federación Rural (FR) venimos siguiendo el tema desde el año pasado porque había zonas del país que se venían complicando. Con el pasar de una primavera y verano seco, las zonas que estaban comprometidas se complicaron más y las que no estaban pasaron a estarlo. Es una seca que se generalizó en todo el país y que aparentemente esa situación extrema se comenzaría a revertir con los últimos episodios de lluvias y lo que se anuncia para adelante. También hay que tener en cuenta que esa recuperación no es generalizada y se está dando por regiones en el país. En cuanto a la reacción de las autoridades y el Poder Ejecutivo, hay que destacar la proximidad con las gremiales agropecuarias y la apertura del Ministerio de Ganadería, por ejemplo, para recibir todas las propuestas de las distintas federaciones del interior, que nos hacen llegar sus preocupaciones desde sus subregiones. Nosotros las trasladamos al Ministerio de Ganadería para que, a partir de ahí, se vayan tomando las medidas concretas, más allá de la burocracia y particularidades que tenga cada productor para acceder con inmediatez a las mismas.
¿Qué visión tiene sobre el cierre de la venta del frigorífico BPU a Minerva Foods? El delegado de la FR reclamó en la Junta del INAC tener acceso a una investigación de la Comisión de la Competencia del MEF sobre el uso de licencias en la industria que le fue negado.
Nosotros ya nos habíamos manifestado antes de que este negocio se llevara adelante. Hay que aclarar que es un negocio entre privados y no tenemos nada que opinar, pero sí sobre el efecto que esto puede tener en el mercado, porque somos oferentes de la materia prima. Es evidente que cuantos más competidores haya, más opciones o selección de venta tiene el productor para la venta. Ahora vemos que esa posibilidad se concretó y nuestro representante en el INAC hizo los descargos que comentabas en la pregunta. Esa preocupación ya se la hicimos llegar a las autoridades en su momento, que no es más que el punto de vista de los productores de la Federación. Ahora tenemos que esperar para ver si esa preocupación que tenemos tiene fundamentos en el futuro. Nuestra preocupación es qué pueda pasar en el futuro. Sabemos que en INAC, a través de los representantes de los productores, hay alguna acción para ver si esto finalmente se puede llevar adelante. La preocupación está arriba de la mesa y más si miramos sobre lo que manejan algunos analistas que hablan de que en un futuro puede existir una posibilidad de fusión de ambas empresas (Marfrig y Minerva). Esto nos llevaría a que más de la mitad del mercado pueda quedar en manos de una empresa. Pero, además, también debemos tener en cuenta los corrales que están en manos de la industria, un factor que opera como cierto regulador del mercado ganadero para faena.
¿Qué prioridades entiende que el gobierno debería encarar en este 2023? La Federación Rural ha marcado cierta disconformidad por lo que se ha hecho hasta ahora con el tema perros y los constantes ataques al rubro ovino.
Hay muchas cosas para cambiar. Venimos de 15 años de gobierno del Frente Amplio con un desconocimiento total de lo que era el sistema productivo del Uruguay y el modo de vida del campo. El Frente Amplio se concentró en la gran ciudad y nunca reconoció el modo de trabajo que tenemos en el interior del país.
Eso llevó a que tomaran muchísimas medidas que siguen afectando nuestra forma de trabajo y hay mucho por atender. Te pongo un ejemplo: hoy estamos con un plan de reserva de agua y un plan a largo plazo y tenemos una ley del agua que no permite que eso se pueda realizar porque el sindicato de OSE entendió que el agua es un bien público y no se puede almacenar sin tener un objetivo determinado. Esas pequeñas cosas más acá o más allá, afectan al sector productivo.
También nos preocupa lo que está pasando con la caída del tipo de cambio y el Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA) con el bienestar animal y el control de los perros, que no se le ve la vuelta. Por lo menos aflojó un poco esa discusión que teníamos directamente entre productores ambientalistas, porque se dieron cuenta que el tema perros ya es un problema social y está dentro de las ciudades. Hay muchos temas que tenemos que tratar de resolver y están arriba de la mesa y que el sector productivo está constantemente plateando.