La Cámara de la Industria Láctea del Uruguay (CILU) emitió ayer en un comunicado en el que advierte por las consecuencias no deseadas que están sufriendo empresas ajenas al conflicto que el gremio de trabajadores tiene con las industrias Coleme y Calcar.
“La Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) viene realizado medidas de fuerza que consideramos injustas y desproporcionadas a nivel de la recolección, procesamiento industrial, y distribución de productos lácteos como consecuencia de la situación conflictiva de una empresa láctea”, cuestionó la CILU.
Este miércoles 11 de diciembre comenzaron los paros previstos en la industria láctea, de dos horas al finalizar cada turno, incidiendo eso directamente en la distribución y reposición. Las medidas arrancaron en Coleme y este jueves 12 se irán expresando también en otras empresas: Conaprole, Granja Pocha, Alimentos Fray Bentos, Bonprole y también incidirán en la recolección de leche en los tambos, consignó El Observador.
Según la CILU, “las medidas sindicales resultan injustificadas y perjudiciales para el sector industrial lácteo el cual es ajeno al conflicto, para los productores, para los trabajadores, para los distribuidores y consumidores en general. Estamos preocupados y vigilantes por las afectaciones que se pueden generar en la medida que no se puede trabajar normalmente en las empresas que son totalmente ajenas al conflicto”. En otro pasaje del comunicado, menciona que “resulta injusto poner de "rehenes" y generar importantes pérdidas a quienes no
participamos de las decisiones del conflicto. Llamamos a la reflexión de todos sobre el contexto del sector, a cuidar la producción nacional, a cumplir con los acuerdos firmados de forma de defender la sustentabilidad del sector”.