Sabemos que una correcta dieta para una vaca en producción tiene que presentar un alto tenor de proteína (17%-18%). Las fuentes para aportar proteína son varias, pudiendo considerar que los forrajes de excelente calidad constituyen el primer recurso en ese sentido. Varios granos procesados pueden contribuir a alcanzar los objetivos. Sin embargo, no todas las fuentes de proteína en los alimentos se comportan de igual forma en el metabolismo de la vaca.

Los alimentos cuya proteína (PB= proteína bruta o PC= proteína cruda) tiene la característica de ser muy soluble en el rumen o muy degradable por la flora, tienden a producir más amoníaco y en consecuencia más urea en la sangre. Esto también ocurre cuando la dieta no tiene un buen balance entre energía y proteína.

 

Altos niveles de urea en sangre serán eliminados por el riñón y la leche, constituyendo:

 

  1. Una pérdida del nitrógeno aportado, ya que no puede ser utilizado por el animal (costo)
  2. Un gasto energético improductivo para el animal. Cada 1 gramo de N transformado en urea consume 7,3 Kcal de la dieta (costo)
  3. Alto contenido de urea en leche es indeseable para los procesos industriales
  4. Afecta la función reproductiva de la vaca
  5. Contaminación del medio ambiente

 

Existe actualmente un monitoreo por parte de las industrias lácteas de los niveles de urea presentes en la leche. Por otra parte, este parámetro es revelador de la eficiencia del manejo nutricional en el rodeo de leche.

 

Tenemos entonces el desafío de tomar las medidas más convenientes para optimizar el gasto en alimentación y satisfacer los requerimientos industriales.

 

¿Qué valores de MUN (o nitrógeno ureico en leche) se consideran aceptables?

 

Los valores considerados aceptables porque reflejan suficiente aporte nitrogenado y buen aprovechamiento por la vaca, están entre 12 y 18 mg por 100 ml de leche. Aunque son valores promedio y pueden variar en la curva de lactación y la edad de la vaca, constituyen un rango a tener en cuenta.

 

Aporte del extrusado de soja a mantener niveles normales de MUN

 

El extrusado de soja aporta mucha proteína verdadera, de altísima digestibilidad, que en más del 55 % no es degradada por la flora ruminal sino que pasa al intestino delgado donde es digerida. Esto significa que esta fracción de proteína pasante no producirá amoníaco en el rumen y en consecuencia no aumenta la urea en sangre ni en leche.

 

Recordar que lo antedicho es válido para el extrusado de soja y no para la harina (pellet), ya que esta última tiene un porcentaje elevado (mayor a 60%) de proteína degradable en el rumen, que contribuye a la formación de amoníaco y a la presencia de urea en leche.

 

El extrusado de soja es el concentrado más conveniente para suplementar verdeos, ya que estos aportan mucha proteína degradable en el rumen, complementándose muy bien con la proteína pasante de este suplemento. Fuente: Departamento Técnico de Panarmix