Productores, técnicos y estudiantes se dieron cita el pasado mes en la Estación Experimental Dr. Mario A. Cassinoni (EEMAC) de la Facultad de Agronomía (Fagro) para compartir la Jornada Anual de Lechería 2022.

La actividad fue iniciada con una presentación de resultados de la plataforma experimental en lechería desde su instalación, en 2018, con lactancia de 2019 y 2020 y partos de otoño y primavera. El objetivo de este trabajo fue generar información sobre la estabulación para las condiciones de Uruguay.

Se pusieron en práctica tres tratamientos: uno con animales 100 % estabulados, otro con animales en pastoreo y galpón (medio y medio turno) y el tercer tratamiento con vacas en pastoreo y en encierro a cielo abierto (medio y medio turno). En el último caso se buscó reproducir las mejores prácticas de los sistemas comerciales, con buenas condiciones en cuanto a superficie por vaca, sombra, agua y mantenimiento de esos sistemas. El primer tratamiento supuso un alto control del ambiente y se administró una dieta total mezclada. El segundo también tuvo un alto control del ambiente, pero una dieta parcial mezclada, y en el tercero hubo un bajo control del ambiente y dieta parcial mezclada.

Considerando las cuatro lactancias completas, el sistema de estabulación arrojó un promedio de 24,3 k de materia seca por vaca por día. El sistema mixto (segundo como tercer tratamiento) dio un promedio de 12,6 k de suplementación con dieta mezclada.

 

Producción

Asimismo, las vacas encerradas produjeron en el entorno de 11 mil litros de leche, lo que da un promedio de 35,4 litros por vaca y 771 kilos de sólidos por vaca por año.

En los sistemas mixtos —la diferencia entre sí fue escasa—, la producción fue de 8.500 litros, con un promedio de 28 litros por vaca por año y 593 kilos de sólidos.

El primer sistema produjo más que el segundo y tercero (mixtos), con una diferencia de casi 30% en producción de leche y sólidos. También se observó la interacción tratamiento – estación del año y surgieron diferencias: en el conjunto de los sistemas las vacas de parto de otoño produjeron más que las vacas de primavera de estos sistemas.

“Nuestra pregunta era si el acceso a la estabulación alejaba a las vacas del estrés calórico del verano y efectivamente lo hizo y, por lo tanto, en el tratamiento azul, (con acceso a la estabulación) parir en otoño y parir en primavera dio resultados similares”, comentó el ingeniero agrónomo Pablo Chilibroste en su exposición.

Con estos resultados es claro que “no es lo mismo alimentar a una vaca que está en pastoreo que otra que está encerrada”.

Además, la estabulación “es mucho más sensible a cualquier variación de precios, particularmente cuando uno tiene desvíos sobre los objetivos. Una cosa es ver la estabulación con 36 litros y otra una estabulación con 30 litros”, enfatizó el investigador.

“La de 30 litros da en rojo y la de 36 litros se defiende muy bien. Una diferencia de 10% a 15% tiene un impacto sobre ese modelo de producción muy fuerte, lo que no es menor en Uruguay por estar expuesto a oscilaciones de precios”. De acuerdo con el investigador y responsable de la jornada, el sistema de base pastoril intensivo “funciona con buena eficiencia y claramente es mucho más resiliente ante ese tipo de cambio”.

Las evaluaciones dentro de los sistemas comerciales indican que para implementar un sistema estabulado un productor que tenga un rodeo de 200 vacas debería pensar en una inversión no menor a los US$ 100 mil.

En cuanto al repago, dependerá, en gran medida, de los resultados que se logren a partir de las variaciones de precios, lo que no depende del productor. Más allá de este componente, también incidirá la eficiencia que se logre en ese emprendimiento. Fuente: EEMAC