El Parlamento votó por unanimidad esta semana —antes del receso— el proyecto de ley del Ejecutivo por el cual se crea el Fondo de Reconversión de Industrias Lácteas (FRIL). Esta iniciativa apunta a atender la situación de empresas mayoritariamente especializadas en la producción de quesos que “enfrentan una coyuntura adversa”, debido a que la mejora en la rentabilidad de la línea de producción de leche en polvo del último año ha impulsado al alza el precio pago al productor”.

En la exposición de motivos, el gobierno indicó que estas empresas (de mediano porte) arrastran “problemas estructurales” desde hace años que tienen que ver con la gestión, la obsolescencia de las plantas, sobreendeudamiento, pérdida de productores, entre otros.

Los quesos uruguayos son comercializados básicamente en el mercado regional y tienen a Brasil como el principal comprador. “Este último destino ha perdido participación respecto a la histórica, debido a la menor competitividad regional de Uruguay”, advierte el proyecto.

De acuerdo a los modelos del Inale, los márgenes directos (ventas menos costos directos de producción) de las industrias queseras han sido negativos en los productos de exportación desde 2016 y en el mercado domésticos desde el inicio de la pandemia del covid-19 en marzo de 2020.

Así, la propuesta del FRIL apunta a apoyar la transformación productiva de estas industrias. Este fondo tendrá un aporte de US$ 6 millones del Fondo de Garantía Lechero, otros US$ 3 millones de un subfondo destinado a garantizar los programas que tengan un efecto anticíclico ante los vaivenes de los precios internacionales, y otros US$ 3 millones con cargo a Rentas Generales durante los primeros 3 años de vigencia de la ley.

El gobierno tiene ahora 90 días para reglamentar la normativa, para lo cual podrá solicitar asesoramiento al Instituto Nacional de la Leche (Inale).